La serie de barbaridades y atropellos cometidos por el gobierno extremista de Israel en contra de la población civil en Gaza han acabado cercándolo y lo han convertido en un paria internacional, aunque con sonora impunidad. Después de matar a más de 32 mil civiles palestinos (eso sin contar a los palestinos que se encuentran bajo los escombros), Netanyahu acaba de cometer un crimen que, visto desde cualquier prisma jurídico, tendría que ser motivo de enjuiciamiento y sanción. El ataque y matanza de siete trabajadores humanitarios de la organización World Central Kitchen (WCK) el lunes pasado se ha convertido en un parteaguas del conflicto en Oriente Medio. El convoy de esta organización conocida por su vocación filantrópica regresaba después de repartir comida en Gaza y había informado al gobierno israelí de sus recorridos, en específico había informado del recorrido que haría el día de la tragedia. De aquí la indignación por la violación flagrante del ejército israelí de los derechos
Lo que está ocurriendo en Venezuela es alarmante. A pesar de los acuerdos de Barbados en los cuales Estados Unidos liberaría vuelos a Venezuela y ablandaría sanciones, sobre todo en el sector petrolero, a cambio de que el régimen chavista ablandara sus medidas y cesara la represión en contra de la oposición, Maduro se ha atrincherado y ha vuelto a las andanzas y a perseguir opositores. En días pasados detuvo a más de una decena de colaboradores de María Corina Machado, precandidata sumamente competitiva en contra de Maduro, en diversos actos intimidatorios y con acusaciones dudosas de terrorismo, complot y de intentar asesinar al dictador. Nada de eso ha sido probado y ante el riesgo de inhabilitación de la propia Machado por parte del Tribunal Supremo de Justicia, quien ganó el año pasado en unas primarias históricas con 92% de los votos, el viernes pasado cedió la candidatura a la académica Corina Yoris en consenso con toda la oposición de la Plataforma Unitaria. Ésta es una táctica