La reunión del G7 en Kananaskis, Alberta en Canadá la semana antepasada tuvo un mal final. Donald Trump, en un desplante típico de un déspota, anunció su retiro de la reunión antes de tiempo, arguyendo su necesidad de estar en Washington monitoreando la escalada del conflicto militar entre Israel e Irán. Yo soy de la opinión de que Trump se inventó este teatro para no afrontar las negociaciones comerciales (UE, México, Brasil, Japón) y de seguridad (Ucrania, Irán) que tendría con los liderazgos ahí presentes. Su irrespetuoso desplante a sus colegas de las siete potencias más ricas del planeta a los que dejó plantados, es un muy característico gesto de cobardía política que lo ha distinguido en sus relaciones internacionales, acerca de las cuales no parece tener ninguna idea estratégica clara de cómo afrontarlas. Prácticamente en todo se echa para atrás, después de crear una enorme expectativa que generalmente termina en caos. Tal es el caso del entendimiento sobre aranceles por abajo d...
Las redadas contra la población migrante en Estados Unidos van en aumento y se han radicalizado. En ningún país aliado de EU se han tomado medidas punitivas como estas. Estas medidas represivas se hacen con dolo y sin respetar los derechos humanos de las personas, quedando atrapadas en esta laberíntica tarea, incluso personas que radican legalmente en Estados Unidos. Está más que visto que el presidente Trump gobierna con un claro prejuicio en contra de los migrantes que provienen del sur del continente, particularmente de México. Su discurso (“son unos animales”, así se refirió a los manifestantes de Los Angeles) es racista, xenófobo y discriminatorio, y responde a las directrices del supremacismo blanco, que con él ha fortalecido sus posiciones en el espectro socio político estadunidense: los migrantes son invasores extranjeros, es la consigna. Esta visión distorsionada de la migración ha hecho que el gobierno de Trump se vuelva represivo y autoritario. Al tiempo que ha obligado a la...