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Mostrando entradas de 2021

La incompetencia bilateral

 Más allá de Encuentro Bicentenario, que es una copia mejorada de la Iniciativa Mérida, no se ven con claridad los objetivos que México tiene en política bilateral. A pesar de contar con la claridad de su contraparte (Biden), el gobierno de López Obrador no ha dado señales de siquiera tener una idea de cómo quiere abordar la relación con el exterior y más, en particular, con EU, entendidas ambas como dos políticas de distintas dimensiones, toda vez que la relación con EU es una relación interméstica, es decir, que, dada la cercanía territorial y política, ésta tiene tanto contenidos domésticos como internacionales. En todo caso, “no se observa una estrategia integral de política exterior a nivel internacional, ni hacia Estados Unidos”, de acuerdo con Jorge Schiavon del CIDE. Lo anterior, según él lo explica, quedó patente en cuatro acciones recientes: 1) no haber ejercido acción penal contra el general Salvador Cienfuegos (enero de 2021); 2) demorar la felicitación a Biden como preside

Las olas populistas

 Nadie se esperaba la ola trumpista de 2016 y el impacto real y latente que ésta tendría sobre la faz de la tierra y más en particular sobre su entorno doméstico e interméstico; México menos que ninguno. Tanto la política local, como la internacional quedó ásperamente afectada y, la mexicana también, toda vez que la onda populista nos abarcó en el seno del Estado y en una proporción importante de toda la extensión política del país. Vivíamos sin calcular lo que implicaría la franca ofensiva de lo que después se convertiría en la Internacional Populista. La mirada muy corta de Donald Trump orilló a EU a una de las crisis internas más graves de su historia, misma que hoy arrecia ante la amenaza del expresidente de buscar la Presidencia de nuevo. El surgimiento de una nueva ola de populismo, del uso y abuso de la historia como una herramienta de adoctrinamiento político, que no ha sido sólo útil para el Estados Unidos de Trump, sino para muchos otros actores que se han concentrado en Euro

La recuperación de la confianza

México ha minado la necesaria confianza que debiera de conservarse entre sus aliados y socios para lograr alcanzar los compromisos y objetivos comunes que, principalmente en el interior del T-MEC, se tienen contemplados. Se percibe un claro malestar debido a varias circunstancias en Washington, Ottawa y otras capitales latinoamericanas, por el desastroso voto de México en la OEA en la que se desconocía el resultado electoral en Nicaragua. México fue uno entre un puñado de pequeñitos islotes, que se abstuvo frente a la farsa electoral que organizaron Ortega y Murillo. Esta forma de conducir la diplomacia mexicana responde más a un despropósito y a una simulación que evidencia la poca integridad que hay en la cancillería y Palacio Nacional, para asumir una postura digna ante los atropellos de los derechos humanos y la democracia en Nicaragua y en otros países, como Venezuela y Cuba. El sexenio quedará marcado con una gran mancha, ética y política, por lo que ya es una saga de desfiguros

La tiranía nicaragüense

Según fuentes periodísticas y ONG, Nicaragua tiene actualmente 155 presos políticos, de los cuales, 37 son opositores directos al régimen. En su mayoría, estos presos políticos han sido abandonados a su suerte y recluidos en condiciones infrahumanas por el régimen tiránico de Daniel Ortega, quien busca un quinto mandato y cuarto consecutivo. De entre el grupo de los 37 opositores se encuentran siete precandidatos presidenciales, que de esta forma han sido silenciados y marginados del proceso electoral. Los nombres de estos precandidatos son: Cristiana Chamorro, Arturo Cruz, Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro, Miguel Mora, Medardo Mairena y Noel Vidaurre, quienes se encuentran en prisión bajo la acusación de “traición a la patria”, modalidad que se desprende de los cambios constitucionales que impuso Ortega con el apoyo del FSLN. Las cifras de encarcelamiento en Nicaragua se originan en 2018 (145 presos), cuando se vivió un levantamiento social que tuvo como consecuencia cientos d

En defensa de la UNAM

El Presidente afirma sin razón alguna, que la UNAM se ha alejado de los grandes problemas nacionales y se ha vuelto individualista. Esta ocurrencia se da en el marco de una intensa andanada por parte del gobierno federal en contra de los científicos y de la academia. Los reiterados ataques asemejan guerra sucia. La convicción de la UNAM en su misión de investigar acerca de los grandes problemas nacionales, tiene como antecedente el hecho de que el suyo significa un compromiso amplio y profundo con la nación. La suya, didáctica, pedagógica y científicamente, es una creencia republicana, dentro de la cual se trabaja al servicio de México. Decir lo contrario es hacer trampa. Y esto está a la vista con suficientes evidencias. Por otro lado, las pruebas de evaluación a las que se someten los investigadores y docentes de la UNAM, son, incluso, tan estrictas o más altas que las que tiene alguna universidad extranjera —digamos— como la London School of Economics and Political Science, que cono

¿El adiós de Angela Merkel?

¿Se retirará Merkel de la escena pública ahora que deja el poder? Aún no lo sabemos. Ojalá no. Al final de su mandato de más de 16 años y que seguramente rebasará los de Konrad Adenauer y Helmut Kohl, no hay mejor homenaje que considerarla una estadista fundamental e imprescindible para entender la Europa y el mundo del siglo XXI. Su historia de vida, no obstante, es tan sencilla como espectacular. Digna de admirarse, en todo caso. La canciller Merkel es un ser sencillo y pacífico. En paz consigo misma. Vaya, incluso “antipolítica”, pero al tiempo profundamente elegante como jefa de Estado, tal y como lo demostró en diversas ocasiones, pero sobre todo en su funesto encuentro con la brusquedad de Trump, a quien contuvo con la firme amabilidad que siempre la ha distinguido. Merkel vivió en el corazón de la Guerra Fría: la Alemania Oriental (RDA) y desde ahí (nunca pidió mudarse a Alemania Occidental (RFA), a pesar de haber nacido ahí) pudo constatar los horrores represivos de la Stasi (M

Fracaso

El presidente López Obrador se quedó sin saber qué hacer el pasado sábado 18 en que fue anfitrión de la reunión de la sexta Asamblea de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños). Su decisión de optar a favor de los regímenes autoritarios de Cuba, Nicaragua y Venezuela, con la falsa expectativa de encabezar el liderazgo de una América unida por él, se vino abajo con el consabido fracaso en el que acabó la triste asamblea de esta organización creada a instancias de Hugo Chávez en el periodo 2010/2011. Al margen del cumplimiento de ciertos objetivos parciales y muy vagamente planteados (recuperación económica poscovid, un Fondem regional, corrupción, educación, entre otros temas), el asunto de la integración y la construcción de un nuevo organismo que sustituyera a la OEA, idealmente con los buenos oficios de la enclenque Celac, quedaron en el más absoluto de los fracasos, toda vez que se avizoran como inviables en el corto, mediano y largo plazo –por carecer del consen

A 20 años del 9/11

Todo se puede sofocar en el hombre,/ Salvo la necesidad de absoluto que sobrevivirá/ A la destrucción de los templos, E incluso a la desaparición /de la religión sobre la tierra. E.M. Cioran Si Estados Unidos pretendía preservar su hegemonía dentro del precario balance de poder global que instaura desde 2001, cuando invade Afganistán, ¿ya se habrá dado cuenta de que fracasó en el intento? Con la triste entrada de los talibanes a Kabul y a Afganistán, todo en el mismo año en que se cumplen 20 de los atentados terroristas contra Estados Unidos, razón que se esgrimió, también hace 20 años, para tomar la equivocada decisión de George W. Bush de invadir ese país, se materializa un fracaso histórico de dimensiones trágicas. En efecto, la 20ª conmemoración del 11 de septiembre se acompaña del fracaso sociopolítico y cultural histórico más estrepitoso que Estados Unidos sufre después de la derrota en Vietnam. La desolación que hoy acompaña a las mujeres y niñas de Afganistán es similar a la qu

La caída de Kabul

Thom Hartmann, escritor y animador de radio famoso por sus posturas progresistas, nos recuerda que no hay que olvidar nunca que lo que está ocurriendo en Afganistán es el acto final de la estrategia de George W. Bush para lograr la reelección presidencial en 2004. Tampoco merece olvidar que el mismo operativo fue escenificado por Donald Trump, con el mismo propósito que Bush, al negociar con el Talibán (mal) la salida de EU de Afganistán. La salida ha sido amarga y amenaza con convertirse, si no es que ya lo hizo, en una catástrofe política para el presidente Biden. Por otro lado, hay que recordar que la invasión de Afganistán, así como la de Irak, estuvo plagada de las mentiras de Bush. Aun cuando los talibanes le ofrecieron la cabeza de Osama bin Laden, Bush rechazó la oferta en su obsesión por convertirse en un presidente en tiempos de guerra para asegurarse el éxito de su mandato, ante la total falta de legitimidad con la que había ascendido al poder en 2001. Con esta decisión y la

Venezuela: ¿es posible el acuerdo?

México acoge, desde el pasado viernes, los nuevos diálogos entre el gobierno venezolano y la oposición política al régimen chavista. Mientras, Washington atestigua conscientemente (dado su retiro militar del teatro de guerra) el rápido ascenso al poder del Talibán en Afganistán, la asunción de Ebrahim Raisi como presidente iraní y todo lo que representa con miras a la reanudación del pacto nuclear, el regreso a la normalidad autoritaria en Cuba con el posicionamiento de los más duros del régimen cubano, la alarma por el calentamiento global, EU se convierte en una baza determinante en las negociaciones de las partes en el conflicto venezolano. La moneda está en el aire. Lo cierto es que Venezuela se encuentra en una crisis terminal con muchos de sus ciudadanos en el éxodo, viviendo entre Colombia, Europa, EU y el resto de América Latina, una inflación de 265% (Banco Central de Venezuela), 58.3% desempleo, según el Fondo Monetario Internacional y una altísima tasa de desabasto generaliz

Sin política exterior

En el aniversario del natalicio de Simón Bolívar, el presidente López Obrador dio un discurso memorable. Tanto por el hecho en sí (celebrar con justicia la memoria del Libertador), como por su carácter inocuo. La narrativa de política exterior de este gobierno carece de contenidos y de visión estratégica. Todo se reduce al simplismo trasnochado de una política que si bien tuvo cierta vigencia decadente en los años setenta y ochenta, fue inefectiva e inútil para permitir que México avanzara en la consecución de sus objetivos de desarrollo sostenible. Fue y es, la de hoy, una política exterior sostenida en el pasado y por impulsos normativos fuera de época; tal es el caso de la retórica de no intervención basada en el 89 constitucional. Generalmente la narrativa internacionalista o hemisférica de México ha funcionado como relleno de la agenda doméstica y como sustituto de ésta cuando no funciona la mecánica de los consensos. Y ahora no es la excepción. El gobierno se asoma al ámbito inte

De intervenciones

Ahora que está de moda la narrativa antiintervencionista de parte de los regímenes que, ante su fracaso interno, no ven otra salida que asustarnos con el petate del muerto y declarar que morirán en la línea, si acaso el monstruo imperialista se atreve a hacerse presente, me permitiré las siguientes reflexiones. Desde cualquier perspectiva teórica de relaciones internacionales, pero principalmente de la doctrina realista, en política internacional domina la condición asimétrica. En consecuencia, la intervención como fenómeno geopolítico ha tenido lugar (en los tiempos de la guerra fría) cuando se ha dado una asimetría lo suficientemente fuerte e institucionalmente organizada, para generar, como primera reacción, los recursos tácticos para enfrentar el conflicto. Por lo general, las asimetrías en la política mundial se han encontrado en ámbitos de influencia en donde había actores más dependientes que otros, y por tanto, actores más poderosos. Al final, la intervención tiende a suceder c

De desafíos de alcance medio, al gran desafío iraní

Si bien es probable que el presidente Biden se libere de un pesado problema interno si acaso Trump fuera encontrado culpable por defraudación fiscal, de acuerdo a la investigación en su contra por parte del fiscal general de Nueva York, Cyrus Vance, Jr., la lista de desafíos externos pesados no se termina para Washington. Ni Canadá (porque simplemente no es problema) representa un problema a la seguridad de Estados Unidos ni México tampoco (porque, aunque lo es y mucho, el presidenteLópez Obrador se empecina en envolverse en la bandera en medio de una borrachera echeverrista, o sea, no se deja) es prioridad para Biden. Pero sí lo son las tiranías bananeras de Maduro en Venezuela (con quien, según Antony Blinken, se intenta negociar una salida política a la crisis de gobernabilidad) y de Ortega en Nicaragua. Pero sobre todo lo es el nuevo Irán que se avecina con un gobierno de corte semifascista a cargo de Ebrahim Raisi. Raisi es un juez ultraconservador, líder del poder judicial, quien

La gira de Biden

Finalmente se llevó a cabo la primera gira internacional del presidente Joe Biden. Las expectativas eran altas, tanto en Europa como en Estados Unidos. Lo más importante para Washington y las principales capitales de la Unión Europea fue reestablecer los lazos rotos por la fallida política europea de Donald Trump, quien, en forma por demás torpe, destrozó los puente existentes con el G7, la UE y con los 30 países miembros de la OTAN. Se trató de un claro intento de revertir todos los avances obtenidos por EU en el marco del multilateralismo y de imponer una política unilateral tan fallida como absurda. La apuesta de Biden por la diplomacia y por las causas de la democracia liberal se expresan en una política multilateralista que en estos tiempos globales convulsos (conflicto en Gaza, crisis en Siria, tensión con Rusia, China e Irán, entre otros) hacen todo el sentido, toda vez que se recurre a la negociación y al poder inteligente como alternativa de solución de conflictos. Eran varios

Tiempos vandálicos

Vivimos tiempos vandálicos en la política. Lo que sorprende más es que este vandalismo provenga del corazón mismo de los sistemas políticos. No siendo esto nuevo, sí es novedoso el hecho de que se esté haciendo de la manera en cómo lo estamos padeciendo. Si miramos el trumpismo y sus nefastas secuelas, concluimos que este vandalismo ha sido ejecutado y animado por actores políticos no democráticos, que se instalan en el poder con la idea de perpetuar un concepto arcaico de acción política, más cerca del barbarismo narrativo y práctico que de la civilidad política que demanda la democracia. El modelo que siguen, indistintamente de la ideología en cuestión, es autocrático. Es decir, autoritario y personalista y con enormes expectativas autoritarias y tiránicas: se trata de liderazgos que se valen de la democracia para, una vez en el poder, hacerla retroceder en el tiempo de la política moderna. Se trata de un vandalismo operado desde el poder del Estado, tal y como pudimos atestiguarlo c

El regreso del hegemón, III y último

Tal y como lo demostró el reciente conflicto entre Israel y los palestinos (lleva 73 años), del cual se acaba de obtener un raquítico alto al fuego después de 11 días de piromanía de parte de dos actores cada vez menos confiables, el conflicto y la inestabilidad en el Medio Oriente no da muestras de disminuir en intensidad ni en complejidad. Tanto este conflicto como la continua guerra en Yemen y la fricción continua entre Arabia Saudí e Irán, amenazan con desestabilizar aún más la región. Aun cuando Biden ha intentado restaurar la coherencia en su política hacia la zona, la contención frente a China se mantiene como el eje central de sus preocupaciones internacionales. El esfuerzo de EU se redobla no sólo por la existencia de China como rival geopolítico, sino por el hecho de que Beijing pretende jugar un papel más importante en Oriente Medio. Prueba de esto son los lazos cada vez más estrechos que China forja con algunos países a través de su Iniciativa de la Franja y la Ruta, así co

El regreso del hegemón, II

Resultan misteriosos y desafiantes los caminos a través de los cuales los grandes poderes se comportan a través del tiempo y de su tiempo histórico más particular e inmediato. Asimismo, también atrae al análisis cómo en este comportamiento se va dando una arquitectura de la correlación de fuerzas que nos ilumina sobre temas y regiones a donde estarían apuntando los actores a fin de consolidar sus espacios de poder tradicionales y otros nuevos. En este ejercicio de geopolítica, la utilización de países y regiones enteras son susceptibles de resultar útiles para el logro de tales objetivos. El conflicto reciente de Ucrania es un caso en cuestión. Ahí, Rusia primero que nadie, sigue provocando las reacciones de Occidente (incluida la OTAN), al recurrir a las movilizaciones militares en la frontera ucraniana, muy en particular en las zonas “independientes”, Donetsk y Luhansk. En estas dos regiones separatistas prorrusas, Putin emplazó a paramilitares prorrusos amenazando la soberanía ucran

El regreso del hegemón, I

En marzo de 2018, justo en el periodo más crítico del desarraigo trumpista del orden global, escribí en esta columna: “el internacionalismo liberal había sido históricamente el cuadrante desde el que EU definía su política internacional. Se trata de un espacio en que el multilateralismo y las instituciones internacionales, como la ONU, creadas por Washington y sus aliados en la segunda posguerra, tenderían a la consecución de los arreglos económicos, políticos y sociales que le dieran certidumbre y equilibro a la gobernanza global, al tiempo que contendrían los peligros a la paz mundial que representaban para Occidente las acciones del bloque soviético. Era pues, un frente amplio de Occidente y, a la vez, un firme componente del control que los países occidentales pretendían detentar en el ámbito de la bipolaridad que dominó durante toda la Guerra Fría. Desde entonces, EU se caracterizó por ser, indistintamente de si los demócratas o los republicanos gobernaran, un ‘hegemón liberal’. E

Autocracia golpista

Parafraseando a Marx, un fantasma recorre el mundo, la autocracia golpista. Es un hecho irrefutable que el fin de la Guerra Fría y el galopante y caótico ascenso de la globalización provocaron cambios dramáticos en los sistemas económicos y políticos de prácticamente todos los países del globo. En la relación entre economía y política se generó un choque entre capitalismo y democracia. El primero no le hizo justicia al valor de la redistribución de la riqueza y dinamitó el sistema de bienestar, en parte debido a la insultante acumulación del ingreso y a la ausencia de reformas fiscales duraderas que generaran los recursos para no perder esa batalla económica. Por otro lado, la política sufrió cambios sustanciales y se produjo una concentración de poder en una clase política desprestigiada y que ulteriormente sería rechazada por fuerzas antipolíticas y, generalmente, representadas por fuerzas populistas antidemocráticas, la mayoría de ellas instalada en la derecha. Aunque se pensaba que

Geopolítica en la era de Biden, II y último

En su explicación sobre las características que tiene el ejercicio del poder en un orden nacional o internacional democrático, el teórico del poder, Joseph Nye (The Powers to Lead, Oxford University Press, 2008), alude al significado y peso que tiene el liderazgo en la conducción de la gobernanza política y económica. Nye plantea que la atracción que despierta una conducción inteligente sobre los gobernados, es determinante para obtener la legitimidad que el liderazgo en democracia requiere, toda vez que la ausencia de este liderazgo generalmente es sustituida por el vacío de poder, la desconfianza y la arrogancia del líder en cuestión. Mi argumento aquí es que el presidente Joe Biden requiere y requerirá de un ejercicio del poder efectivo y afirmativo, amplio, a la luz, sobre todo, del ejercicio anómalo de poder del que Donald Trump hizo y todavía hace gala, sin medir las consecuencias del desgaste que esto tendría para su presidencia y para la fuerza intrínseca que se perdió sobre la

Geopolítica en la era de Biden, I

La efímera temporada presidencial de Donald Trump fue un fracaso en el frente global. No habrá, a partir de ahora, nadie sensato que se quiera atrever a reivindicar su política exterior como exitosa. Ni siquiera trascendente, más aún hoy, en que ya vemos al presidente Joe Biden hablar, por ejemplo, con Netanyahu acerca del conflicto interminable en Medio Oriente, con miras a establecer bases de conciliación, que no de reconciliación definitiva o total. El desprecio de Trump por el multilateralismo en una etapa crucial del arreglo global institucional llevó a Estados Unidos a un crítico momento de aislamiento global y, de pasada, a sentar precedentes aislacionistas muy peligrosos para el orden mundial. No sólo fue su populismo autoritario el que desgajó a nivel interno y externo a EU, también lo fue su impulso confrontacionista indiscriminado. Ha llegado el nuevo gobierno de Joe Biden y ha demostrado ya su determinación de recuperar, a través de varios frentes temáticos estratégicos, la