Ir al contenido principal

Estrés y miseria ciudadanas

"La necesidad de fabular es siempre un niño que se niega a crecer" Romain Gary.
Hoy debatimos sobre si el mexicano es o no un Estado borracho, si sus mecanismos de alerta temprana realmente operan, si el crimen organizado ya penetró críticamente el proceso político o si la sociedad está anestesiada contra todo forma de agravio. Dirimimos acerca de si seguir tolerando el despropósito de una clase política en su mayoría segundona y diletante que reniega de la tradición democrática y manda al pasado, en el medio del delirio etílico, toda opción de futuro (el actuar de la hoy retrógrada Cámara de Diputados lo dice todo). Paralelamente a estas disquisiciones, aunque como respuesta indirecta a ellas, me quiero concentrar en cómo estos y otros temas cotidianos afectan e impactan nuestro bienestar de cada día. Circular vía terrestre en el país se ha vuelto complicado, cuando no altamente riesgoso. Los que gustaban de los trayectos carreteros para recorrer y admirar las bellezas de la República, hoy optan por no viajar por tierra y, en cambio, a falta de transparencia informativa, creerle a quienes nos cuentan, ya en la prensa o como resultado de la experiencia propia, del peligro de salir a una carretera y ser asaltado, secuestrado o asesinado. La vía aérea está tan mala como la de tierra. La principal línea nacional, Aeroméxico, trata como desechos humanos a sus pasajeros y los servicios aeroportuarios de ASA son un atentado a la integridad personal de los usuarios. Para rematar, la alternativa ferroviaria fue pulverizada sin compasión ni explicación por el gobierno de Salinas, al que algunos tránsfugas de las estrechas comarcas del pensamiento lúcido y racional siguen considerando modernizador.
El ciudadano ha perdido gradualmente sus libertades. La libertad de pasear, de hacer turismo, se ha visto sometida, primero, a la tiranía de la terquedad securitizadora de este gobierno, que ha expuesto su integridad sin haber previsto ninguna salvaguarda para su protección antes de iniciar la balacera y, segundo, a las preexistentes condicionas inadecuadas para el acceso al turismo de clase media, el que se ha intercambiado por el lucrativo concepto de turismo elitista de paquete, excluyente y antiecológico, que está en manos de las grandes marcas turísticas y hoteleras: al riesgo de viajar libremente, se agregan el bolsillo y la libertad de movimiento ciudadano agraviados.
En el DF, por mencionar la ciudad más concentrada y complicada del país, la vida diaria está llena de sobresaltos que impactan directamente en el humor y el estado de ánimo colectivos. Desde hace años ha sido característico que las autoridades capitalinas nos impongan una agenda de obra pública, y negocios turbios, que pretenden ser capitalizados con miras a la obtención o retención del poder a corto plazo. Tal  como lo hizo AMLO en 2005, Ebrard pretende utilizar como moneda de cambio la construcción esquizofrénica y simultánea de obra vial (no de Metro) en el DF. Se trata de concluir pronto la entrega y así lograr a cambio la notoriedad pública que sus pretensiones presidenciales le exigen.
Hay que decir que las prisas por lograr lo anterior, más que satisfacción ciudadana, provocan a diario contrariedades mayúsculas en su desplazamiento y, consecuentemente, impacta negativamente en su estado de ánimo, cada vez más estresado y violento. La obra pública como instrumento servil de la política evidencia el cinismo y los excesos de sectores políticos que sufren de esa extraña enfermedad de creer que solucionando un solo problema los resuelven todos, aunque en realidad lo que realizan es un gran salto atrás cuando pretenden obtener nuestro voto por esta vía.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La gallina de Stalin y el niño flojo

Dícese de Josef Stalin que en una de sus reuniones mandó pedir una gallina. En cuanto se la trajeron la tomó del cogote con una mano y con la otra empezó a desplumarla (no se sabe en qué lado quedó la mano maltrecha). La gallina, desesperada por el dolor, intentó liberarse sin éxito. Stalin la tenía fuertemente sujetada. Al final, la gallina quedó por completo desplumada 06 de Agosto de 2017 Después de esto, se dirigió a sus ayudantes y les dijo: “Ahora queden atentos a lo que va a suceder”. Stalin puso a la gallina en el piso y empezó a caminar, al tiempo que le arrojaba granos de trigo. La gallina, adolorida y sangrante a más no poder, perseguía a Stalin e intentaba repetidamente agarrar su pantalón, mientras éste continuaba tirándole el trigo. El caso es que la gallina no paraba de perseguirlo. Ante la asombrada reacción de sus colaboradores, cuenta la anécdota, Stalin les dice: “Así de fácil se gobierna a los estúpidos. ¿Vieron cómo me persiguió la gallina? Así es la mayoría d...

De la prepotencia al desprecio

La reunión del G7 en Kananaskis, Alberta en Canadá la semana antepasada tuvo un mal final. Donald Trump, en un desplante típico de un déspota, anunció su retiro de la reunión antes de tiempo, arguyendo su necesidad de estar en Washington monitoreando la escalada del conflicto militar entre Israel e Irán. Yo soy de la opinión de que Trump se inventó este teatro para no afrontar las negociaciones comerciales (UE, México, Brasil, Japón) y de seguridad (Ucrania, Irán) que tendría con los liderazgos ahí presentes. Su irrespetuoso desplante a sus colegas de las siete potencias más ricas del planeta a los que dejó plantados, es un muy característico gesto de cobardía política que lo ha distinguido en sus relaciones internacionales, acerca de las cuales no parece tener ninguna idea estratégica clara de cómo afrontarlas. Prácticamente en todo se echa para atrás, después de crear una enorme expectativa que generalmente termina en caos. Tal es el caso del entendimiento sobre aranceles por abajo d...

Las redadas y las lecciones

Las redadas contra la población migrante en Estados Unidos van en aumento y se han radicalizado. En ningún país aliado de EU se han tomado medidas punitivas como estas. Estas medidas represivas se hacen con dolo y sin respetar los derechos humanos de las personas, quedando atrapadas en esta laberíntica tarea, incluso personas que radican legalmente en Estados Unidos. Está más que visto que el presidente Trump gobierna con un claro prejuicio en contra de los migrantes que provienen del sur del continente, particularmente de México. Su discurso (“son unos animales”, así se refirió a los manifestantes de Los Angeles) es racista, xenófobo y discriminatorio, y responde a las directrices del supremacismo blanco, que con él ha fortalecido sus posiciones en el espectro socio político estadunidense: los migrantes son invasores extranjeros, es la consigna. Esta visión distorsionada de la migración ha hecho que el gobierno de Trump se vuelva represivo y autoritario. Al tiempo que ha obligado a la...