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El espía feo


He who seeks the salvation of souls,

his own as well as others,

should not seek it along the avenue of politics

Max Weber

 

Cuando la política deja de ser el arte de lo posible, aún cuando se ejerza desde la ironía que cubre los espacios decisionales del poder público y se convierte en el festín de los cínicos y los simuladores, es necesario tomar los cuidados y guardar las debidas precauciones frente al Príncipe. Implica que seamos capaces de apreciar las sutilezas desde las que el poder acierta, se equivoca e incluso miente.

            EU espía al mundo, rezaron los titulares internacionales desde el pasado octubre. En el nuevo incidente ocasionado por las filtraciones de Snowden sobre el espionaje de la NSA (National Security Agency) resaltan tramas interesantes. La primera, la especulación sobre el tema; la segunda, la falta tamaños de los afectados para responder a un hecho de la realidad con algo más de cara de "yo no fui". Es posible que el único que haya respondido diciendo lo más cercano a la verdad sea Obama, quien encabeza un Estado que espía desde que nació como estado moderno y quien ha aceptado, (aunque vacilando ante Merkel, por ejemplo), que en efecto, su sistema, que no solo "su" gobierno, nos espió. Estamos ante un clásico evento "Catch 22", término que deviene de la narración de Joseph Heller y cuyo uso en la jerga de los burócratas cubiertos o encubiertos, alude a problemáticas burocráticas acerca de algún entuerto ocasionado por las actividades encubiertas de esa misma burocracia. Resulta que desde Brasilia, México, Paris y Berlín, todo mundo puso cara de susto ante un hecho que ocurre todos los días desde hace tres mil años (desde Mesopotamia), en que el espionaje fue herramienta de gestión de Estado y desde que los modernos espías (guerra fría) se arreglaron para tomar ventaja en los pasos que dan las contrapartes. Entre las potencias aliadas occidentales, o en poderes emergentes como India o China, hay espionaje, bueno o malo, pero espionaje al fin. Estos estados forman y operan actividades y cuerpos de inteligencia, los cuales instalan miradores secretos para enterarse de la vida política, económica, militar y hasta sexual de los lideres o sociedades vecinas, cercanas o lejanas, amigas o enemigas. Hoy, la diferencia ante la hipocresía de Estado protagonizada por los "azorados" jefes de gobierno, es que desde las filtraciones de Wikileaks y de Snowden, nadie puede simular que no hacía, ni tampoco ocultarlo, en lo que actividades de inteligencia se refiere.            Calderón debía saberlo porque lo pactó con EU desde que lanzo locuazmente su mortal cruzada militarista. Lo sabían Hollande, Merkel y Rousseff (quien equivocadamente canceló su visita a EU, todo por vender ideología antiyanqui en su tianguis interno en un momento de liderazgo cuestionado). Y lo saben, desde luego, Putin (anfitrión de Snowden) y Xi Jinping. Y si no lo sabían, grave. Quiere decir que no estaban o están a cargo del Estado y alguien más (¿Washington?) les maneja un asunto que es de alta prioridad para la República. O sea, los gringos espían porque pueden, no porque los demás seamos tontos o débiles. Lo hacen porque los dejamos. No es novedad y no por esto EU se convierte en un abusador malévolo (más que Pekín, Moscú o Paris), toda vez que la práctica se ejerce por todos. Hay que recordar a Gutiérrez Barrios y al CISEN de Salinas, sólo para ofrecer algunas perlas mexicanas. Lo que apena y preocupa en verdad es que ahora nadie se haga cargo y se desentienda, pidiendo pomposas explicaciones y exigiendo sendas investigaciones a EU. Lo grave no es que el espionaje ocurra, es que se consienta, luego se niegue y se le utilice como pretexto para un conflicto interestatal, mientras la ciudadanía (hoy más informada, pero producto de la morbosa manipulación mediático-estatal) y quizás otros poderes hayan sido dejados en la ignorancia. Nuestra verdadera vulnerabilidad soberana radica en nuestra fragilidad institucional, moral y por último argumental para hacerse cargo de un hecho que sólo nos rebasa por el hecho de que se oculta.

            Este nuevo hecho de espionaje masivo se da en un contexto en que dominan los siguientes factores: 1) EU actúa así aún con sus aliados, para intentar remontar el declive al que se ha auto-sometido por la patología suicida de su clase política y también por la emergencia de los llamados "poderes emergentes; ante todos intenta tomar ventaja global; 2) es resultado de una saga heredada de Bush y su "guerra contra el terror" y, 3) es muy probable que el Partido Demócrata no controle las actividades de la NSA y por tanto Obama no pueda aún asumir un control verdadero sobre el "Centro Racional" de decisiones en política exterior, cuya misión es que el establecimiento político se mantenga informado y su política racionalmente ejecutada. El punto es el siguiente: sólo se podrá medir el cinismo de Obama y de los jefes de estado indignados cuando nos digan, aunque sea sólo a grosso modo, si sí sabían y porqué nos ocultaron el hecho.

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