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Terminator vs Negotiator: Destroyer


¿Es Trump un estratega genial o un destructor demoledor? La evidencia reciente sobre este personaje, que de alta moral no tiene nada, es que lo que toca lo hace añicos, incluso lo que más ame.  Es esa la constante de la personalidad psicótica: destruir y de pasada auto destruirse. Trump no es un populista de extrema derecha cualquiera. Es además también un actor impredecible que hace uso repetidamente de la misma mentira como manera de construir el "sentido común" de su público. Se trata de un manipulador en jefe y a la vez, un distractor en jefe. Evade la verdad en tanto que inventa la propia sobre la base de falsedades varias y esta acaba de ser impuesta al escucha en turno. Se conoce como la pos verdad. Y cuando no funciona, usa la coerción, el chantaje y la amenaza vociferante propia de un déspota. Su personalidad tiránica ha sido ya puesta de manifiesto en los escasos 15 días que tiene de ocupar la presidencia.

            El estratega en jefe empieza a devenir en lo que realmente es: un apostador de poca monta y con ocurrencias locuaces e irracionales, más que ideas de gran calado, pero, ojo,  con el poder nuclear más avasallador del planeta y una economía local que aún domina la economía global. Ciertamente, no poca cosa, toda vez que sus decisiones han puesto de cabeza a la Casa Blanca, si atendemos las noticias aparecidas en el Washington Post (Joseph Rogin, Inside the White House-Cabinet battle over Trump’s immigration order, 4 de febrero) sobre confrontaciones entre Stephen Bannon, asesor súper poderoso de Trump y enlace con el supremacismo blanco, y John Kelly, Secretario de Seguridad Nacional, Jim Mattis, Secretario de Defensa y Rex Tillerson, Secretario de Estado designado, quienes se han inconformado por haber sido excluidos por Bannon del proceso de emisión de las múltiples órdenes ejecutivas de Trump, especialmente la que prohibe la entrada de refugiados previamente aceptados y de residentes legales (incluidos los poseedores del permiso de trabajo conocido como "green card").

            Según revela el New Yorker (Benjamin Wallace-Wells, A dangerously isolated president, enero, 29), la orden ejecutiva que prohibía la entrada a EU de nacionales de siete países árabes, entre ellos Irán, Irak, Siria y Libia (redactada presumiblemente por Bannon), y que acaba de ser revocada temporalmente por un juez federal, no fue revisada por nadie dentro del gabinete con la autoridad para poder ofrecer insumos que la clarificaran. Se trata de una disposición que pretende proteger la seguridad nacional contra el terrorismo, pero atentando de remate contra ciudadanos que tienen residencia legal permanente, tales como los ya mencionados "green cards". Por lo demás, existe evidencia empírica suficiente que demuestra que los países vetados en la orden ejecutiva no han sido responsables de los fatales atentados terroristas en territorio estadunidense.

            Esta iniciativa de Trump ha sido congelada, aunque hay otras que prosperaron y que afectan los intereses de la comunidad homosexual y los derechos reproductivos de las mujeres. Además, Trump también ha emprendido una confrontación con México, Irán, China y Australia, a cuyo primer ministro le colgó el teléfono cuando este le exigió honrar con el compromiso de Obama de recibir más de mil refugiados asentados temporalmente en aquel país. Para consolación parcial nuestra existen reportes acerca de la resistencia de miembros de Partido Republicano que se oponen a la construcción del muro por caro e inefectivo. China ha reaccionado a los ataques con firmeza y amenazas de endurecimiento. el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk ha afirmado que "Trump es una amenaza para la Unión Europea" y la Eurocámara rechazó al embajador designado por Trump, Ted Malloch, anti europeísta de cepa. En EU, el general David Petraeus, ex director de la CIA, ha advertido que Trump está a punto de destruir la estabilidad mundial.

            Así pues, Trump se ha quedados solo en apenas 15 días. ¿En dónde quedó el genial negociador?

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