Ir al contenido principal

La espera



¿Es Trump una figura de transición, una falla de la geología política estadunidense? ¿O es punta de lanza de un movimiento de nacionalismo intolerante y autoritario de extrema derecha, que ha llegado para quedarse en el seno mismo del espacio de la política democrática? Las respuestas a estas preguntas dependerán de la medida en que sus políticas internas y externas tengan el éxito que prometió. Por otro lado, también dependerán del éxito que los movimientos afines al trumpismo tengan en los próximos comicios en Francia, Alemania y la fuerza que puedan tomar en el resto de los países europeos que están bajo la lupa del Kremlin y sus tácticas intervencionistas.

02 de Abril de 2017

Si juzgamos el “éxito” de Trump por los resultados en política interna, se puede augurar desde ya un fracaso estrepitoso. No sólo es el presidente más impopular de la historia en tan breve tiempo en la presidencia, también es el que menos ha logrado en función de lo que prometió. Revisando en retrospectiva nos podemos dar una idea del desastre trumpista. Al defenestrado asesor de seguridad nacional, Michael Flynn, le acaba de negar el Congreso su oferta de testificar a cambio de inmunidad. Oferta delicada, toda vez que es un signo intrínseco de la culpabilidad de Flynn, a quien se le acusa de haber recibido dineros rusos y de haber conspirado con el Kremlin para impedir el triunfo de Hillary Clinton e impulsar el de su
exjefe, de quien presumiblemente sabe más de lo que ha dicho con relación al complot ruso. Dado que la investigación sobre la intromisión de Rusia en política interna estadunidense continuará, este pendiente muy probablemente tendrá a Trump contra las cuerdas lo que resta de su presidencia y muy bien se puede convertir en su Watergate.

En otros temas, Trump no ha podido tener el éxito que se proponía. Su costumbre de hacer lo que le viene en gana con puñetazos sobre el escritorio o denigrando a sus críticos, se ha topado con pared. Y con la oposición de republicanos y demócratas en las cámaras, y del aparato de inteligencia, que lo ve como una amenaza a su integridad. Ya está visto que no podrá expulsar a 11 millones de indocumentados sin hacerle serio daño al mercado interno; Trump ya mintió a su gran público al declarar sobre el número de empleos creados en los últimos dos meses, mismos que fueron resultado de las políticas económicas de Obama; falló en la emisión de sus dos decretos en los que prohibía el viaje de ciudadanos musulmanes; difamó a Barack Obama respecto a la intercepción de llamadas y perdió aún más gravemente la poca credibilidad que le quedaba; engañó a todos al informar sobre el costo del muro; su promesa de acabar en 30 minutos con ISIS y en otro tanto con los talibanes, al tiempo que ofreció doblegar a Corea del Norte, sin entender ni prever que los chinos reaccionarían con la esperada dureza que ya mostraron. Y por último, la promesa de acabar con el TLCAN está en veremos por las graves implicaciones que tendría esto para la economía estadunidense, principalmente la fronteriza que depende primordialmente de la relación comercial con México. Un rechazo tras otro que muestra que, al contrario de como se suele vender, Trump ha resultado ser un pésimo negociador.

Si bien en Hungría (Fidesz) y en Polonia (Ley y Justicia) se han afianzado en el poder gobiernos con la misma plataforma extremista, xenófoba y antieuropea del trumpismo, las tendencias de votación cambiaron sustancialmente en Austria y Holanda en donde perdieron los Partidos de la Libertad, aliados de aquellos. Próximamente, en las elecciones de este año, veremos, si el Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen y Alternativa para Alemania (AfD) pueden hacer avanzar sus posiciones ultranacionalistas excluyentes y autoritarias. Todo hace pensar que Le Pen ganará boleto para la segunda vuelta en mayo, pero es incierto si ganará la presidencia. Si estas fuerzas pierden en Europa es muy probable que elTrumPutinismo acabe derrumbándose y con esto termine la espera.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La gallina de Stalin y el niño flojo

Dícese de Josef Stalin que en una de sus reuniones mandó pedir una gallina. En cuanto se la trajeron la tomó del cogote con una mano y con la otra empezó a desplumarla (no se sabe en qué lado quedó la mano maltrecha). La gallina, desesperada por el dolor, intentó liberarse sin éxito. Stalin la tenía fuertemente sujetada. Al final, la gallina quedó por completo desplumada 06 de Agosto de 2017 Después de esto, se dirigió a sus ayudantes y les dijo: “Ahora queden atentos a lo que va a suceder”. Stalin puso a la gallina en el piso y empezó a caminar, al tiempo que le arrojaba granos de trigo. La gallina, adolorida y sangrante a más no poder, perseguía a Stalin e intentaba repetidamente agarrar su pantalón, mientras éste continuaba tirándole el trigo. El caso es que la gallina no paraba de perseguirlo. Ante la asombrada reacción de sus colaboradores, cuenta la anécdota, Stalin les dice: “Así de fácil se gobierna a los estúpidos. ¿Vieron cómo me persiguió la gallina? Así es la mayoría d...

Las redadas y las lecciones

Las redadas contra la población migrante en Estados Unidos van en aumento y se han radicalizado. En ningún país aliado de EU se han tomado medidas punitivas como estas. Estas medidas represivas se hacen con dolo y sin respetar los derechos humanos de las personas, quedando atrapadas en esta laberíntica tarea, incluso personas que radican legalmente en Estados Unidos. Está más que visto que el presidente Trump gobierna con un claro prejuicio en contra de los migrantes que provienen del sur del continente, particularmente de México. Su discurso (“son unos animales”, así se refirió a los manifestantes de Los Angeles) es racista, xenófobo y discriminatorio, y responde a las directrices del supremacismo blanco, que con él ha fortalecido sus posiciones en el espectro socio político estadunidense: los migrantes son invasores extranjeros, es la consigna. Esta visión distorsionada de la migración ha hecho que el gobierno de Trump se vuelva represivo y autoritario. Al tiempo que ha obligado a la...

De la prepotencia al desprecio

La reunión del G7 en Kananaskis, Alberta en Canadá la semana antepasada tuvo un mal final. Donald Trump, en un desplante típico de un déspota, anunció su retiro de la reunión antes de tiempo, arguyendo su necesidad de estar en Washington monitoreando la escalada del conflicto militar entre Israel e Irán. Yo soy de la opinión de que Trump se inventó este teatro para no afrontar las negociaciones comerciales (UE, México, Brasil, Japón) y de seguridad (Ucrania, Irán) que tendría con los liderazgos ahí presentes. Su irrespetuoso desplante a sus colegas de las siete potencias más ricas del planeta a los que dejó plantados, es un muy característico gesto de cobardía política que lo ha distinguido en sus relaciones internacionales, acerca de las cuales no parece tener ninguna idea estratégica clara de cómo afrontarlas. Prácticamente en todo se echa para atrás, después de crear una enorme expectativa que generalmente termina en caos. Tal es el caso del entendimiento sobre aranceles por abajo d...