Donald Trump usó de nuevo sus trampas megalómanas: declaró en contra del TLCAN, al día siguiente a favor y, por último, condicionó seguir en el mismo a reserva de garantizar los intereses estadunidenses. Sus bravuconadas no sólo reflejan la falta de oficio de este advenedizo presidente, sino que, a falta de éxitos a 100 años de su inauguración, intenta utilizar lo que sea para remontar este fracaso y su creciente impopularidad.
30 de Abril de 2017
A la memoria de Guillermo Lowenstein
México es usado como chivo expiatorio, lo cual afecta las variables económicas de nuestro país, entre ellas la estabilidad del sufrido peso. El impacto de la narrativa del desquiciado presidente afectaría menos los intereses nacionales, de contar nuestro país con una dirigencia con capacidad, dignidad y sin esqueletos en el ropero. El silencio y la falta de firmeza frente a Trump es la evidencia de que los valores referidos no son activos de la gobernanza de nuestros días ni de la política exterior. De nuevo, Trump usa de escudo a México, sitia al gobierno y éste nada de muertito.
¿Qué nos queda? Iniciar un proceso intenso de diversificación de nuestras relaciones multilaterales con miras a disuadir a Trump y de pasada empezar a despojarnos de una relación hoy traumática y frente a la cual México nunca se preparó debidamente, dada su falta de gran visión del sistema internacional y de lo que queremos hacer en él y de él. Así las cosas, México se encuentra en el límite de su resistencia sistémica (gracias al desgaste profundo de su modelo de desarrollo político y económico) para afrontar los desafíos que el futuro ya nos impuso. Ante el alarde trumpista frente a acuerdos como el TLCAN, se pretende provocar un escenario de múltiples modificaciones en la correlación de fuerza regional y global de Washington. Esto abrirá una brecha no conocida en la relación de EU con el mundo. No se diga el hecho de que los actores económicos se moverán hacia un acomodamiento que busque evitar afectaciones de fondo a su red de relaciones comerciales y sus respectivos acuerdos comerciales. Debido al panorama descrito, podemos ya decir que China se prepara para buscar nuevas alternativas en sus relaciones multilaterales. En este contexto, el liderazgo chino decidió estrechar lazos con varios países como México.
Será vital que México considere medidas de diversificación comercial con varios actores globales relevantes. Esto puede fortalecer relativamente su posición, haciendo más equilibrada su situación frente a negociaciones con otros mercados de destino, los cuales tendrían que estar concentrados principalmente en China, Japón, Corea y Alemania. El refuerzo del Acuerdo de Cooperación Estratégica con China será particularmente importante, pues con ello se contrarresta el efecto negativo de pérdida de mercados relacionados con el TLCAN, específicamente en EU. China es nuestro segundo socio comercial, mientras que México es el primero de China en América Latina. En el año 2015, el comercio bilateral fue de 74 mil 873 millones de dólares (mdd), un incremento de 3.7% con respecto al año anterior. Las exportaciones a China alcanzaron cuatro mil 885 mdd (1.3% del total de exportaciones de México), mientras que las importaciones sumaron 69 mil 988 mdd (5.6% del total de importaciones mexicanas), lo que representa un déficit evidente para México con China, que podría irse equilibrando de profundizarse el trato. Respecto a las empresas mexicanas más importantes dentro de China, están Bimbo y Grupo Maseca. En 2013, Bimbo empleaba a más de mil 400 trabajadores en la región de Pekín y Tianjin: casi el doble de los trabajadores que tenía en 2006. Por otro lado, Gruma (Grupo Maseca) abrió en 2006 una nueva planta en Feng Xian, cerca de Shanghái, gracias a factores como la alta concentración de población en esa zona y uno de los niveles de ingresos más altos. Ante este prometedor panorama comercial, por no mencionar el del intercambio cultural, ¿qué espera este gobierno para avanzar y mandar las señales que correspondan a Washington?
30 de Abril de 2017
A la memoria de Guillermo Lowenstein
México es usado como chivo expiatorio, lo cual afecta las variables económicas de nuestro país, entre ellas la estabilidad del sufrido peso. El impacto de la narrativa del desquiciado presidente afectaría menos los intereses nacionales, de contar nuestro país con una dirigencia con capacidad, dignidad y sin esqueletos en el ropero. El silencio y la falta de firmeza frente a Trump es la evidencia de que los valores referidos no son activos de la gobernanza de nuestros días ni de la política exterior. De nuevo, Trump usa de escudo a México, sitia al gobierno y éste nada de muertito.
¿Qué nos queda? Iniciar un proceso intenso de diversificación de nuestras relaciones multilaterales con miras a disuadir a Trump y de pasada empezar a despojarnos de una relación hoy traumática y frente a la cual México nunca se preparó debidamente, dada su falta de gran visión del sistema internacional y de lo que queremos hacer en él y de él. Así las cosas, México se encuentra en el límite de su resistencia sistémica (gracias al desgaste profundo de su modelo de desarrollo político y económico) para afrontar los desafíos que el futuro ya nos impuso. Ante el alarde trumpista frente a acuerdos como el TLCAN, se pretende provocar un escenario de múltiples modificaciones en la correlación de fuerza regional y global de Washington. Esto abrirá una brecha no conocida en la relación de EU con el mundo. No se diga el hecho de que los actores económicos se moverán hacia un acomodamiento que busque evitar afectaciones de fondo a su red de relaciones comerciales y sus respectivos acuerdos comerciales. Debido al panorama descrito, podemos ya decir que China se prepara para buscar nuevas alternativas en sus relaciones multilaterales. En este contexto, el liderazgo chino decidió estrechar lazos con varios países como México.
Será vital que México considere medidas de diversificación comercial con varios actores globales relevantes. Esto puede fortalecer relativamente su posición, haciendo más equilibrada su situación frente a negociaciones con otros mercados de destino, los cuales tendrían que estar concentrados principalmente en China, Japón, Corea y Alemania. El refuerzo del Acuerdo de Cooperación Estratégica con China será particularmente importante, pues con ello se contrarresta el efecto negativo de pérdida de mercados relacionados con el TLCAN, específicamente en EU. China es nuestro segundo socio comercial, mientras que México es el primero de China en América Latina. En el año 2015, el comercio bilateral fue de 74 mil 873 millones de dólares (mdd), un incremento de 3.7% con respecto al año anterior. Las exportaciones a China alcanzaron cuatro mil 885 mdd (1.3% del total de exportaciones de México), mientras que las importaciones sumaron 69 mil 988 mdd (5.6% del total de importaciones mexicanas), lo que representa un déficit evidente para México con China, que podría irse equilibrando de profundizarse el trato. Respecto a las empresas mexicanas más importantes dentro de China, están Bimbo y Grupo Maseca. En 2013, Bimbo empleaba a más de mil 400 trabajadores en la región de Pekín y Tianjin: casi el doble de los trabajadores que tenía en 2006. Por otro lado, Gruma (Grupo Maseca) abrió en 2006 una nueva planta en Feng Xian, cerca de Shanghái, gracias a factores como la alta concentración de población en esa zona y uno de los niveles de ingresos más altos. Ante este prometedor panorama comercial, por no mencionar el del intercambio cultural, ¿qué espera este gobierno para avanzar y mandar las señales que correspondan a Washington?
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