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entrevista a JLVU revista siempre 28/mayo/2011

Wayne, embajador con visión al 2012: José Luis Valdés Ugalde

Irma Ortiz

Nacido en Sacramento, California, en 1950, llegará a nuestro país —si le otorga el beneplácito el gobierno mexicano— Earl Anthony Wayne como nuevo representante diplomático del gobierno de Barack Obama. A Wayne, quien tuvo como última parada la representación estadounidense en Afganistán, se le considera experto en temas de comercio y desarrollo, así como conocedor de la lucha contra el terrorismo.

Algunos especialistas consideran que el nuevo embajador traería entre sus consignas apoyar la lucha contra los cárteles del narcotráfico, ya que conoce el manejo para frenar el blanqueo de dinero y asuntos de seguridad nacional.

Lo cierto es que el gobierno estadounidense no tardó mucho en designar a su nuevo representante, después de la salida de Carlos Pascual, quien renunció en marzo pasado, luego de que el presidente Felipe Calderón lo calificara de intervencionista, al darse a conocer a través de Wikileaks el contenido de los cables enviados al departamento de Estado, donde señalaba que el Ejército le tenía aversión al riesgo y criticaba la descoordinación de las dependencias encargadas de la lucha contra el narcotráfico.

Sin embargo, otro punto que pesó mucho en la decisión presidencial fue la cercanía de Pascual con miembros del PRI.

Wayne, en opinión de un experto como José Luis Valdés Ugalde, investigador y catedrático de la UNAM, viene a recomponer la relación entre las dos naciones y considera que es un embajador preparatorio al proceso electoral de 2012.

Pascual fue la puntilla

¿En qué momento se encuentra la relación México-Estados Unidos?, ¿cuál es el perfil de Anthony Wayne?
Las relaciones están en un estado muy bajo, luego de la salida de Pascual y el desentendimiento que de alguna manera se ha dado entre Calderón y algunas instancias del gobierno estadounidense, por un lado.

Por otro, hay una percepción en Washington de que es muy difícil trabajar con las agencias mexicanas tal y como lo mencionan los cables de Wikileaks, porque están muy descoordinadas. Esta percepción de corrupción, de impunidad, de falta de organización, afecta la credibilidad de México como un actor o un socio confiable o viable.

La salida de Pascual es la puntilla y es resultado de un mal entendido más allá de la diplomacia que no se resuelve dentro de sus marcos. La diplomacia es el espacio donde, con toda amplitud, flexibilidad y elasticidad posible y necesaria de que tenga capacidad el Estado se dirimen las diferencias y los problemas.

Los cables de marras, son por otra parte, la información que enviaron prácticamente todos los embajadores del mundo y dice cosas que habíamos dicho todos, desde hace tiempo. No se puede acusar a un embajador estadounidense de intromisión, puesto que los papeles cubiertos por los representantes diplomáticos de ese país han sido normalmente los de enterarse de una manera plena de todos los asuntos, sobre todo, si hay intereses de por medio, ya sean económicos, de seguridad nacional y políticos, pues existe un marco de referencia, de colaboración bilateral. Comprendo que Estados Unidos tenga la necesidad de enterarse con la mayor cabalidad posible de la situación nacional para reportarlo y hacer los diagnósticos respectivos desde Washington.

México, me parece, está a la defensiva y Estados Unidos está en una situación de contradicción con respecto a cómo se concibe el lado mexicano, si el narcoterrorismo es insurgencia y demás.

¿Cuál es la calidad del mensajero y mensaje que trae?
El diplomático es especialista en antiterrorismo. Había algunos que pensaban que no se iba a nombrar embajador pronto y otros que creían que no se nombraría a un representante que pudiera ser ninguneado y esto lo digo en el mejor espíritu, desde luego que no se interprete como una posición pro estadounidense.

Desafortunadamente no sabemos tratar la relación internacional, porque todo nos parece que es una amenaza a la seguridad y a la soberanía, este mas si osare que traemos dentro, afecta las decisiones racionales del Estado de una manera íntima, terrible. El hecho es que se envía a un experto en terrorismo, no sólo por su designación en Kabúl, Afganistán, como segundo de abordo de la embajada, sino por sus funciones desempeñadas en 1989 como director de asuntos regionales para el embajador extraordinario y plenipotenciario para la lucha contra el terrorismo.

Es evidente que el gobierno de Estados Unidos enviaría a un experto en seguridad nacional por la crisis fronteriza México-Estados Unidos y el problema del crimen organizado. Enviar un especialista en terrorismo en el marco de una relación tensa y, peor tantito, con un presidente renuente a aceptar que la situación en el país es crítica, porque él cree que va ganando una guerra por ejemplo o que está adelante de los cárteles organizados y del crimen transnacional.

Esto es un problema serio, porque puede que fastidie al gobierno y la incomodidad puede ser un poco el malestar que tenía con Pascual, conocedor de estados fallidos.

Como México no está considerado un Estado fallido, que le manden a un embajador experto en la materia se puede considerar como afrenta; y ahora que le nombren un especialista en terrorismo se puede entender como un agravio, puesto que en México no existe el terrorismo. Esa es la visión del Estado mexicano.

Aun así, no creo que esto sea muy riesgoso políticamente para Calderón, para su gobierno y el último suspiro del mismo. No creo que sea obstáculo para aceptar el nombramiento, pues considero que la relación con Washington sería aún peor.

Por otro lado, se trata de un diplomático de carrera, tiene una experiencia muy respetable dentro de los embajadores en Estados Unidos. Con el nombramiento de Wayne le pusieron un frente a Calderón difícil de combatir o de negarse a aceptar. Por la edad y tiempo en que inició su carrera —se inicia en la década de los setenta, muy joven por cierto—, le hace pertenecer si no a una vieja guardia conservadora, sí a un grupo de políticos que vivieron la era de un Estados Unidos hegemónico como potencia dominante en la guerra fría.

De manera tal que esa experiencia de representar al país más poderoso del mundo, lo lleva a una posición de mayor reivindicación de Estados Unidos en el mundo actual. Baste leer los discursos de Wayne, algunos pronunciados en Afganistán para darse cuenta.

Señal a la Iniciativa Mérida

Creo que hay una señal clara que manda Estados Unidos sobre la iniciativa Mérida, en el sentido de que ahí les va, no una paloma, sino un personaje serio y muy firme en sus temas.

Es un experto en reconstrucción postconflicto, lo cual significa que tal vez se concibe en Washington la manera en que la estrategia incluya por ejemplo, políticas sociales, terriblemente ausentes de la iniciativa Mérida y de la estrategia anticrimen en general y que provocan que la gente en México engrose las filas del crimen —no sólo los jóvenes desempleados, sin educación—, sino que la sociedad civil confronte la táctica del Estado como una estrategia fallida.

No quiere decir que piense que ellos hagan las políticas, de ninguna manera, es un asunto nacional, pero sí coadyuvar por la vía de un trabajo diplomático cuidadoso, de cómo trabajar en un ambiente caótico y violento, como en las zonas donde hay ejecuciones y las policías están inmensamente corrompidas ⎯hablo del norte, Michoacán, Guerrero⎯ y así reiniciar el motor económico nacional en sectores clave para Estados Unidos, que están tan olvidadas en las primeras páginas de nuestros diarios desde hace cinco años.

Esto lo diferencia de Carlos Pascual, podíamos estar hablando de Wayne como un embajador pro empresarial que probablemente tenga una aprobación de ese sector muy amplia por el hecho de que es partidario y defensor de los negocios de Estados Unidos allende las fronteras, lo cual favorecería a sectores productivos de este país y habría que ver si esto es posible; porque me parece que estos temas no están en la cabeza de nuestros funcionarios que no han mostrado precisamente una capacidad o eficiencia mayores. Es pensar en un modelo alternativo de desarrollo sustentable que incluya, por ejemplo, invertir más en educación, en ciencia y tecnología para así generar infraestructura productiva.

Estamos hablando de un hombre con una visión más amplia que Pascual, que además negocia bajo diversas circunstancias y que consigue que la negociación sea fructífera. Lo ha demostrado en el pasado sobre todo porque da peso a la situación económica, para cualquier país y sociedad, resulta atractivo, es interesante y no se puede despreciar.

Diplomático al proceso electoral

Se habla que Wayne es experto en frenar flujos financieros de grupos radicales, mientras que en México se han hecho algunos esfuerzos para evitar el lavado de dinero, ¿podría ser una posibilidad para evitar el blanqueo?

El problema de la estrategia de Calderón es que no contempló dos instrumentos fundamentales: los Protocolos de Palermo y de Mérida. En ambos, se concebía el fin de la impunidad y la corrupción, la inteligencia financiera y hacendaria y la eliminación del brazo financiero del narcotráfico o del crimen organizado en su conjunto como condiciones, así como los derechos humanos y la inclusión social como precondiciones para poder tener una estrategia exitosa.

Ninguno de estos elementos se incluyeron en el 2006; entonces a estas alturas del partido, lo que veo es que Wayne viene para operar con miras a la sucesión de Calderón hacia el próximo gobierno y, por lo menos, diseñar una estrategia con respecto a estos elementos mencionados que hagan funcionar al Estado en su lucha contra el crimen organizado y, al mismo tiempo, tratar de bajarle el perfil al Ejército y generar condiciones para la creación de la policía nacional.

El hecho de que sea un personaje cercano a actividades que tienen que ver con la fuga de dinero o lavado de dinero negro, hace muy representativo su nombramiento por el mensaje de Washington: México tienes que resolver todos aquellos elementos de la agenda preventiva para poderte permitir la posibilidad de pensar, siquiera, en que puedes tener éxito contra el crimen organizado, que ya te está rebasando en términos de lavado de dinero, entre otras cosas.

¿Es Wayne un embajador con visión al 2012?
Lo veo como un embajador preparatorio al proceso electoral, muy informado sobre el tema y para alertar posiciones de los actores políticos que van entrar a la contienda que son principalmente los tres grandes partidos y así poder establecer un pacto con el gobierno entrante que permita solventar muchos de los grandes agujeros negros que nos ha dejado la estrategia del gobierno actual.

http://www.siempre.com.mx/2011/05/wayne-embajador-con-vision-al-2012-jose-luis-valdes-ugalde/

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