Ir al contenido principal

Pax priista

Cuando EU triunfó sobre el eje nazi-fascista se inició la larga era de la Pax americana. Era de prosperidad y de paz, fue también un periodo, como en los tiempos de la Pax británica de predominio hegemónico de un actor global sobre los demás. Se trató de un espacio de tiempo en el que se instauraron valores de convivencia global que sentaron precedentes paradigmáticos inéditos en las relaciones internacionales. Se pactó un nuevo orden que la mayoría de las partes aceptaron compartir.
De la misma manera como ocurrió en esos tiempos en el  mundo, México se encuentra hoy ante un parteaguas. Se reinstauró el priismo después de 12 años de relativo fracaso democrático de la gestión del PAN. Este partido nos demostró una gran incapacidad para el ejercicio del poder, para la voluntad de poder, para la renovación democrática y para la administración eficiente de la cosa pública, desde el mismo año dos de la administración de Fox. No se trata aquí de negar el valor de la alternancia. El regreso del PRI es otra cosa: se trata, gracias a la incapacidad panista, del regreso al poder de un partido históricamente antidemocrático y represivo que desde la oposición; además, no demostró valores ni dignidad democráticos: fue mezquino en el debate de ideas y en su voluntad para lograr consensos indispensables. Su operación política fue oportunista y saboteadora de todas las reformas estructurales que ahora dice que, sí, hará (a ver qué les dicen las fuerzas de oposición esta vez, que tampoco se han distinguido por su convicción republicana y patriótica). Además, buena parte de sus gobernadores hicieron uso discrecional, con tintes electoreros, del presupuesto federal, y han sido cómplices del crimen organizado. En suma, se trata de un partido que no se reformó ni se preparó para la era democrática que se inicia en 2000 con su caída. Para reinstaurarse sólo aguardó al desgaste y la pérdida de poder relativo de su contraparte, que la incompetencia y tozudez calderonistas precipitaron estelarmente.
Peña Nieto podrá demostrar que inicia una era de Pax priista, que representa el nuevo PRI y no es parte ya del viejo partidazo, siempre y cuando se distancie con claridad del salinismo y su ola corruptora; si está dispuesto a condenar y a alejarse de los personajes que desde los gobiernos estatales desfalcaron las arcas de sus estados; si combate el sindicalismo charro y a sus líderes corruptos; si está dispuesto a combatir el monopolio en cualquiera de sus frentes y el control antidemocrático de los medios; si establece bases duraderas para una educación de calidad y la distribución justa de la riqueza y si combate con eficacia al crimen organizado, Peña Nieto se podrá reconciliar con la mucha gente que no lo votó (60%), si está dispuesto a combatir las prácticas corruptas y los pasados oscuros de muchos de los que lo acompañan en su equipo.
¿Podrá con este paquete, toda vez que él mismo y su candidatura construida por el duopolio televiso, son la expresión simple y llana del carácter ajenamente democrático que su irrupción en la carrera presidencial tuvo? Aquellos que creen que este PRI tiene pinta de partido moderno y preparado para la era de la democracia están en su derecho de creérselo. Yo me mantengo escéptico. Las estructuras políticas del país han engendrado un mal que muy bien puede durar cien años.
El México del presente es también el del pasado con el arribo del PRI a la Presidencia. Espero equivocarme, pero los indicios se imponen. Más que invocar a una Pax priista, la llegada de Peña Nieto puede representar una regresión de enormes proporciones. Y ante la incapacidad de las fuerzas políticas tradicionales, dueñas de un sistema de partidos hipotecado ante los intereses particulares, más que los públicos, queda a la sociedad civil, los intelectuales, los analistas y los medios la responsabilidad de velar por que no se descarrile el futuro nacional

Comentarios

Entradas populares de este blog

La gallina de Stalin y el niño flojo

Dícese de Josef Stalin que en una de sus reuniones mandó pedir una gallina. En cuanto se la trajeron la tomó del cogote con una mano y con la otra empezó a desplumarla (no se sabe en qué lado quedó la mano maltrecha). La gallina, desesperada por el dolor, intentó liberarse sin éxito. Stalin la tenía fuertemente sujetada. Al final, la gallina quedó por completo desplumada 06 de Agosto de 2017 Después de esto, se dirigió a sus ayudantes y les dijo: “Ahora queden atentos a lo que va a suceder”. Stalin puso a la gallina en el piso y empezó a caminar, al tiempo que le arrojaba granos de trigo. La gallina, adolorida y sangrante a más no poder, perseguía a Stalin e intentaba repetidamente agarrar su pantalón, mientras éste continuaba tirándole el trigo. El caso es que la gallina no paraba de perseguirlo. Ante la asombrada reacción de sus colaboradores, cuenta la anécdota, Stalin les dice: “Así de fácil se gobierna a los estúpidos. ¿Vieron cómo me persiguió la gallina? Así es la mayoría d...

Las redadas y las lecciones

Las redadas contra la población migrante en Estados Unidos van en aumento y se han radicalizado. En ningún país aliado de EU se han tomado medidas punitivas como estas. Estas medidas represivas se hacen con dolo y sin respetar los derechos humanos de las personas, quedando atrapadas en esta laberíntica tarea, incluso personas que radican legalmente en Estados Unidos. Está más que visto que el presidente Trump gobierna con un claro prejuicio en contra de los migrantes que provienen del sur del continente, particularmente de México. Su discurso (“son unos animales”, así se refirió a los manifestantes de Los Angeles) es racista, xenófobo y discriminatorio, y responde a las directrices del supremacismo blanco, que con él ha fortalecido sus posiciones en el espectro socio político estadunidense: los migrantes son invasores extranjeros, es la consigna. Esta visión distorsionada de la migración ha hecho que el gobierno de Trump se vuelva represivo y autoritario. Al tiempo que ha obligado a la...

De la prepotencia al desprecio

La reunión del G7 en Kananaskis, Alberta en Canadá la semana antepasada tuvo un mal final. Donald Trump, en un desplante típico de un déspota, anunció su retiro de la reunión antes de tiempo, arguyendo su necesidad de estar en Washington monitoreando la escalada del conflicto militar entre Israel e Irán. Yo soy de la opinión de que Trump se inventó este teatro para no afrontar las negociaciones comerciales (UE, México, Brasil, Japón) y de seguridad (Ucrania, Irán) que tendría con los liderazgos ahí presentes. Su irrespetuoso desplante a sus colegas de las siete potencias más ricas del planeta a los que dejó plantados, es un muy característico gesto de cobardía política que lo ha distinguido en sus relaciones internacionales, acerca de las cuales no parece tener ninguna idea estratégica clara de cómo afrontarlas. Prácticamente en todo se echa para atrás, después de crear una enorme expectativa que generalmente termina en caos. Tal es el caso del entendimiento sobre aranceles por abajo d...