José Luis Valdés Ugalde
10/08/2014
Después de haber despejado en 2011 el teatro de guerra que abrió Bush con la invasión, Obama parecía abandonar para siempre Irak. Hoy EU ha autorizado operaciones militares quirúrgicas para detener los delirios califatos del ISIS o Estado Islámico en Irak y el Levante, y su ofensiva genocida en contra de quien se le atraviese. Entre otras cosas, esto ha provocado la migración masiva de población civil que se ha refugiado en el Monte Sinjar en el noroeste de Irak y la muerte de unos 40 niños, según UNICEF. Esta migración forzada está compuesta por más de 40 mil yazidíes, una confesión que mezcla zoroastrismo, cristianismo e islam. Este segmento de población ha quedado atrapado en el frente de guerra del extremismo islamista. Además, los islamistas del ISIS ya han capturado desde junio la ciudad de Mosul, la segunda en importancia del país y han avanzado hacia localidades cercanas a Bagdad.
Precisemos, pues, el grado de amenaza que representa esta facción terrorista islámica y que llevó a una decisión estratégica, pero nada cómoda para Obama en estos momentos en que su administración había logrado librarse de un conflicto al que se opuso desde que era senador y del que prometió librarse como Presidente con un plan de retirada. Aparte del genocidio real que está provocando esta ofensiva terrorista, los combatientes del ISIS anunciaron que todas las mujeres de edades comprendidas entre los 11 y los 46 años en Irak sean sometidas a mutilaciones genitales, informó la ONU. Unas cuatro millones de mujeres podrían verse afectadas por la decisión. Aunque la mutilación genital es practicada en algunas regiones de África, Oriente Medio y comunidades asiáticas, la ablación femenina no es frecuente en Irak. No obstante, los islamistas sunitas del ISIS han ordenado la mutilación genital de estas mujeres como —dicen— se hacía antiguamente en la ciudad santa saudí de Medina. “Es una fetua del ISIS”, declaró en Irak Jacqueline Badcock, número dos de la ONU en el país. La funcionaria indicó que desconoce el número exacto de mujeres afectadas, pero citó cifras del Fondo de Población de las Naciones Unidas, según el cual “cuatro millones de niñas y mujeres podrían verse afectadas”. Además, el líder del grupo jihadista Abu Bakr al Bagdadi, ha ordenado practicar la medida y explica que esta orden “es de obligado cumplimiento en todas las localidades y regiones”, bajo el control de los extremistas. Justifica la medida por su empeño en “cuidar” a la sociedad musulmana y evitar “la expansión del libertinaje y la inmoralidad” entre las mujeres. Por ese motivo, además de exigir que se practique la mutilación genital a las mujeres, el grupo armado ha impuesto el velo integral a las mujeres de Mosul bajo la amenaza de ser castigadas severamente. Como colofón al Bagdadi, puso como ejemplo un “hadiz” (dicho) del profeta Mahoma, que cuenta un encuentro que tuvo un día con una mujer que se quejó de que le hubieran hecho la ablación y él le respondió que era bueno para ella. Tal cual.
De esto se trata el “nuevo” Irak que le heredó EU al mundo y a sí mismo y con el cual ahora tiene que lidiar recurriendo a la estrategia de guerra limitada para confrontarlo en nombre de la seguridad y de la preservación de los derechos humanos. Irak es un Estado fallido en una zona crítica con una célula que amenaza con el derrocamiento del también fallido Al-Maliki y de atentar en contra de objetivos occidentales en la UE y otras regiones identificadas con EU. La intervención estadunidense, en contra de los pronósticos, es evidencia del fracaso de la política iraquí originaria, no se diga que también es la evidencia del fracaso de Occidente en Oriente cercano, incluyendo el desastre político militar que estamos viendo en la franja de Gaza.
Acudimos a una paradoja: una potencia en relativo declive, EU, rodeada de adversarios y de adversidades, como la que le presenta Putin, y a quien nadie supuestamente quiere entrometiéndose en los asuntos globales, hoy es de nuevo requerida (a pesar del desgano obamista) para rescatar una región incendiada, abandonada a su suerte. Washington y sus aliados, así como sus adversarios que tanto se interesan en radiografiar las acciones estadunidenses, tendrán muy pronto que disipar esta esquizofrenia y lograr instituir un gran acuerdo global que nos lleve, de una buen vez, a una redefinición coherente de la arquitectura institucional en la que se basa el ejercicio del poder global de los diversos actores.
*Investigador y profesor visitante en el Lateinamerika–Institut, de la Freie Universität Berlin
Después de haber despejado en 2011 el teatro de guerra que abrió Bush con la invasión, Obama parecía abandonar para siempre Irak. Hoy EU ha autorizado operaciones militares quirúrgicas para detener los delirios califatos del ISIS o Estado Islámico en Irak y el Levante, y su ofensiva genocida en contra de quien se le atraviese. Entre otras cosas, esto ha provocado la migración masiva de población civil que se ha refugiado en el Monte Sinjar en el noroeste de Irak y la muerte de unos 40 niños, según UNICEF. Esta migración forzada está compuesta por más de 40 mil yazidíes, una confesión que mezcla zoroastrismo, cristianismo e islam. Este segmento de población ha quedado atrapado en el frente de guerra del extremismo islamista. Además, los islamistas del ISIS ya han capturado desde junio la ciudad de Mosul, la segunda en importancia del país y han avanzado hacia localidades cercanas a Bagdad.
Precisemos, pues, el grado de amenaza que representa esta facción terrorista islámica y que llevó a una decisión estratégica, pero nada cómoda para Obama en estos momentos en que su administración había logrado librarse de un conflicto al que se opuso desde que era senador y del que prometió librarse como Presidente con un plan de retirada. Aparte del genocidio real que está provocando esta ofensiva terrorista, los combatientes del ISIS anunciaron que todas las mujeres de edades comprendidas entre los 11 y los 46 años en Irak sean sometidas a mutilaciones genitales, informó la ONU. Unas cuatro millones de mujeres podrían verse afectadas por la decisión. Aunque la mutilación genital es practicada en algunas regiones de África, Oriente Medio y comunidades asiáticas, la ablación femenina no es frecuente en Irak. No obstante, los islamistas sunitas del ISIS han ordenado la mutilación genital de estas mujeres como —dicen— se hacía antiguamente en la ciudad santa saudí de Medina. “Es una fetua del ISIS”, declaró en Irak Jacqueline Badcock, número dos de la ONU en el país. La funcionaria indicó que desconoce el número exacto de mujeres afectadas, pero citó cifras del Fondo de Población de las Naciones Unidas, según el cual “cuatro millones de niñas y mujeres podrían verse afectadas”. Además, el líder del grupo jihadista Abu Bakr al Bagdadi, ha ordenado practicar la medida y explica que esta orden “es de obligado cumplimiento en todas las localidades y regiones”, bajo el control de los extremistas. Justifica la medida por su empeño en “cuidar” a la sociedad musulmana y evitar “la expansión del libertinaje y la inmoralidad” entre las mujeres. Por ese motivo, además de exigir que se practique la mutilación genital a las mujeres, el grupo armado ha impuesto el velo integral a las mujeres de Mosul bajo la amenaza de ser castigadas severamente. Como colofón al Bagdadi, puso como ejemplo un “hadiz” (dicho) del profeta Mahoma, que cuenta un encuentro que tuvo un día con una mujer que se quejó de que le hubieran hecho la ablación y él le respondió que era bueno para ella. Tal cual.
De esto se trata el “nuevo” Irak que le heredó EU al mundo y a sí mismo y con el cual ahora tiene que lidiar recurriendo a la estrategia de guerra limitada para confrontarlo en nombre de la seguridad y de la preservación de los derechos humanos. Irak es un Estado fallido en una zona crítica con una célula que amenaza con el derrocamiento del también fallido Al-Maliki y de atentar en contra de objetivos occidentales en la UE y otras regiones identificadas con EU. La intervención estadunidense, en contra de los pronósticos, es evidencia del fracaso de la política iraquí originaria, no se diga que también es la evidencia del fracaso de Occidente en Oriente cercano, incluyendo el desastre político militar que estamos viendo en la franja de Gaza.
Acudimos a una paradoja: una potencia en relativo declive, EU, rodeada de adversarios y de adversidades, como la que le presenta Putin, y a quien nadie supuestamente quiere entrometiéndose en los asuntos globales, hoy es de nuevo requerida (a pesar del desgano obamista) para rescatar una región incendiada, abandonada a su suerte. Washington y sus aliados, así como sus adversarios que tanto se interesan en radiografiar las acciones estadunidenses, tendrán muy pronto que disipar esta esquizofrenia y lograr instituir un gran acuerdo global que nos lleve, de una buen vez, a una redefinición coherente de la arquitectura institucional en la que se basa el ejercicio del poder global de los diversos actores.
*Investigador y profesor visitante en el Lateinamerika–Institut, de la Freie Universität Berlin
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