Ir al contenido principal

China desde las alturas

China no es subestimable en lo absoluto. El camino chino hacia la liberalización ha tenido como colchón de apoyo un crecimiento sostenido que ha transitado entre el 14 y el 6.5 por ciento. Impresionante ritmo de crecimiento estable el que ha tenido ese país y una evidencia de cómo se puede insertar un actor de este calibre en la globalización desde un modelo económico, aunque centralizado, alternativo y sumamente efectivo. 

28 de Mayo de 2017

Según datos del Banco Mundial (http://wdi.worldbank.org/table), el crecimiento anual de China fue de 9.9% y su PIB de 6.9%. En este mismo periodo los datos para EU fueron de 1.7% y 2.6%, respectivamente. Asimismo, siguiendo la misma fuente, el crecimiento del PIB per cápita en China y Estados Unidos fue de 6.9% y 2.6%, aunque al mismo tiempo el PIB total per cápita de China fue de 8 mil dólares y el de EU de 56 mil, lo cual habla de una superior distribución del ingreso en el caso estadunidense.

Por lo demás, los indicadores de estas dos potencias, una emergente y en vías de desarrollo, y otra, clara punta de lanza de la consolidación capitalista de este y el siglo anterior, son reveladores de cómo China avanza hacia el futuro a pasos agigantados. Por ejemplo, en exportaciones totales China alcanza 2,400 millones de dólares y Estados Unidos 2,261 millones.

En el rubro de crecimiento medio anual de la industria, China logra 11% y Estados Unidos sólo 0.7%. Y en los indicadores relacionados con el crecimiento medio anual de agricultura, China alcanza 4.2% y Estados Unidos 1.9%; en el rubro de crecimiento anual de servicios, China logra un impresionante de 10.7% y EU el 1.7%; y por último, en el capítulo del concepto total de reservas, China tiene un gran poder: 3,405,253 contra 383,728 millones de dólares estadunidenses.

Y toda esta numeralia, ¿porqué? Primero, porque China se ha convertido en una revelación global. Su sistema político, centralizado y dirigido por un partido único que controla las decisiones de Estado, ha logrado un revelador éxito económico que, además de ser paradigmático, se presenta como un desafío prospectivo para el control hegemónico de Estados Unidos que se acostumbró a vivir en cierta zona de confort, aceptando incluso excesos propios del capitalismo salvaje que Bush hereda a Obama y que le costó a Estados Unidos el septiembre negro de 2008, que tanto daño ocasionó a la economía y a las finanzas globales.

Segundo, porque China, históricamente ubicada en una franja estratégica para las potencias mundiales en el siglo 20 (principalmente la “perla de Oriente”, Shanghái), se convirtió en la ventana comercial de aquéllas entre los años veinte y treinta. Al tiempo en que, en medio de un maremágnum colonialista, China experimenta un desarrollo muy rápido como potencia comercial y financiera, además de ser un referente cultural para Occidente.

Y tercero, pero no menos importante, porque a partir de este bagaje occidental del cual China aprendió mucho y detentó una ya antigua condición de Metrópolis, convierte a China hoy en un desafío para la arrogante gran potencia estadunidense, que no previó escenarios de recuperación económica, que desde Roosevelt se concibieron para afrontar las crisis económicas del futuro.

Ver Pekín y Shanghái de cerca es revelador del mucho camino recorrido de esta potencia ascendente y de su voluntad de seguir su carrera hacia la conquista del futuro que nadie cuestiona al ver sus éxitos de cerca.

Esto me parece más claro al seguir el errático y arrogante camino que Donald Trump ha escogido a base de plantar zancadillas y empujones a sus contrapartes, incluso si son aliados. Está más claro que nunca que los vacíos que esto está dejando en el camino serán ocupados por potencias como China. O como lo advirtió Confucio: “El fracaso en perseverar en asuntos menores confunde el gran plan”.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La gallina de Stalin y el niño flojo

Dícese de Josef Stalin que en una de sus reuniones mandó pedir una gallina. En cuanto se la trajeron la tomó del cogote con una mano y con la otra empezó a desplumarla (no se sabe en qué lado quedó la mano maltrecha). La gallina, desesperada por el dolor, intentó liberarse sin éxito. Stalin la tenía fuertemente sujetada. Al final, la gallina quedó por completo desplumada 06 de Agosto de 2017 Después de esto, se dirigió a sus ayudantes y les dijo: “Ahora queden atentos a lo que va a suceder”. Stalin puso a la gallina en el piso y empezó a caminar, al tiempo que le arrojaba granos de trigo. La gallina, adolorida y sangrante a más no poder, perseguía a Stalin e intentaba repetidamente agarrar su pantalón, mientras éste continuaba tirándole el trigo. El caso es que la gallina no paraba de perseguirlo. Ante la asombrada reacción de sus colaboradores, cuenta la anécdota, Stalin les dice: “Así de fácil se gobierna a los estúpidos. ¿Vieron cómo me persiguió la gallina? Así es la mayoría d...

Las redadas y las lecciones

Las redadas contra la población migrante en Estados Unidos van en aumento y se han radicalizado. En ningún país aliado de EU se han tomado medidas punitivas como estas. Estas medidas represivas se hacen con dolo y sin respetar los derechos humanos de las personas, quedando atrapadas en esta laberíntica tarea, incluso personas que radican legalmente en Estados Unidos. Está más que visto que el presidente Trump gobierna con un claro prejuicio en contra de los migrantes que provienen del sur del continente, particularmente de México. Su discurso (“son unos animales”, así se refirió a los manifestantes de Los Angeles) es racista, xenófobo y discriminatorio, y responde a las directrices del supremacismo blanco, que con él ha fortalecido sus posiciones en el espectro socio político estadunidense: los migrantes son invasores extranjeros, es la consigna. Esta visión distorsionada de la migración ha hecho que el gobierno de Trump se vuelva represivo y autoritario. Al tiempo que ha obligado a la...

De la prepotencia al desprecio

La reunión del G7 en Kananaskis, Alberta en Canadá la semana antepasada tuvo un mal final. Donald Trump, en un desplante típico de un déspota, anunció su retiro de la reunión antes de tiempo, arguyendo su necesidad de estar en Washington monitoreando la escalada del conflicto militar entre Israel e Irán. Yo soy de la opinión de que Trump se inventó este teatro para no afrontar las negociaciones comerciales (UE, México, Brasil, Japón) y de seguridad (Ucrania, Irán) que tendría con los liderazgos ahí presentes. Su irrespetuoso desplante a sus colegas de las siete potencias más ricas del planeta a los que dejó plantados, es un muy característico gesto de cobardía política que lo ha distinguido en sus relaciones internacionales, acerca de las cuales no parece tener ninguna idea estratégica clara de cómo afrontarlas. Prácticamente en todo se echa para atrás, después de crear una enorme expectativa que generalmente termina en caos. Tal es el caso del entendimiento sobre aranceles por abajo d...