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La matanza en Sandy Hook y la segunda enmienda

La matanza de 26 inocentes el pasado viernes 14 en la escuela primaria de Sandy Hook, en Newtown, Connecticut, consterna hasta a las almas más duras. Nos duele más por ser, por primera vez en esta paradigmática saga de asesinatos en masa, 20 niños que empezaban su vida escolar las principales víctimas mortales de un enfermo mental de cuya madre aprendió la cultura de las armas y quien vivía armada hasta los dientes al momento en que su vástago la asesinó, dormida, de cuatro tiros en la cara con su propio arsenal. Nos engañaríamos si pensáramos que esto hará cambiar la mentalidad militarista generalizada que prevalece en EU y si dijéramos que no volverá a ocurrir. También si creyéramos que se eliminará la segunda enmienda de la Constitución estadunidense, que supone el fundamento de la cultura militarista que ha dominado las mentes estadunidenses desde que en diciembre 15 de 1791 ésta fuera aprobada por el Congreso. Esta enmienda reza como sigue: “En consideración a que una Milicia bien regulada resulta necesaria para la seguridad de un Estado libre, el derecho de la población a poseer y portar Armas no será restringido”.

El propósito inicial de la enmienda era que la gente tuviera el poder de disuadir a un gobierno no democrático, defenderse de invasiones y acabar con posibles insurrecciones, entre otros objetivos. Eran tiempos de conflictos sucesivos en los que prevalecía el miedo de que algún tipo de tiranía se impusiera. De aquí que se diera a los estados un poder, que dejaron de tener posteriormente, de armar a los ciudadanos para defender sus derechos democráticos. En nuestros días la segunda enmienda dista mucho de ser el instrumento disuasivo para el que originalmente se diseñó. Ahora es el espacio legal y legítimo para poseer una cantidad y clase indiscriminada de armas de gran poder y, eventualmente, también el espacio desde donde cualquier ciudadano perturbado puede salir a la calle y emprender cacerías de humanos a su antojo. Se trata de una lectura perversa de la segunda enmienda que hoy en día ha supuesto también un próspero negocio para las grandes armadoras estadunidenses.

Aunque muy desafortunada y trágica, la matanza de niños en Newton ha dado pie a que el presidente Obama y el Congreso recuperen la cordura y emprendan un debate nacional inmediato y con miras a legislar la nunca renovada por Bush ley de prohibición de venta a particulares de armas de asalto. Esto ayudaría también a detener el poder corporativo de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), principal defensora de la posesión indiscriminada de armas y, de pasada, de muchos representantes populares que han sido literalmente comprados por ésta para defender sus mezquinos intereses. Obama ha sido un Presidente con suerte (2008 y Sandy son el mejor ejemplo de que los astros lo favorecieron en su proceso de reelección). Ahora tiene frente a sí una coyuntura invaluable para asumir una posición más firme frente al tema y lograr los consensos para que esta ley se vote en la Cámara baja. Lo pudo hacer en su momento al lograr una reforma histórica a la ley de salud. Lo logró con la reelección misma al haber derrotado a las huestes de Karl Rove que intentaron fehacientemente robarse la elección presidencial cancelando el derecho de miles de estadunidenses al voto libre. Neutralizar a la NRA puede significar acabar con un grupo de presión de extrema derecha que ha desequilibrado y desarticulado la convivencia social pacífica estadunidense y de pasada la de todos sus vecinos que estamos expuestos al trasiego de muchas de estas armas que forman parte del gran negocio de grupos oscuros detrás de la NRA. El momento político es invaluable y representa una óptima oportunidad para que Obama, al neutralizar a este grupo recalcitrante, también lo haga con sus socios xenófobos antinmigrantes y logre la reforma migratoria en su último periodo. Sería un doblete histórico que acabaría con lo que queda del tea party y le daría a Obama un lugar estelar en la historia presidencial de EU. ¡Feliz año a los lectores!

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