18 de Octubre de 2015
El sistema internacional se construye a través de procesos
sociales donde las ideas y las ideolo-gías impactan los intereses y las
identidades nacionales de los Estados y sus sociedades. Influyen también en la evolución de la dinámica de los
poderes del Estado en el concierto mundial y en la interacción social que
ocurre como resultado de la integración económica y humana.
Con la implosión de la URSS, la caída del Muro de Berlín y
los atentados del 11 de septiembre de 2001, entre los más destacados acontecimientos
globales, el sistema internacional ha sufrido grandes cambios que han afectado
las relaciones entre los distintos actores del orden internacional. Por ende,
la política exterior de los Estados y el impacto de esto sobre la globalización
(y viceversa: de la globalización sobre las políticas mundiales) ha modificado
las dinámicas del nuevo orden internacional de la posguerra fría.
Se trata de discutir si existe o no una relación entre la
globalización y la identificación de las nuevas conexiones entre economía y
política, capitalismo y democracia, seguridad, migración, progreso, cultura y
sociedad; y de valorar las nuevas identidades que estas conexiones tienen en el
contexto globalizador, tan racional como irracional en su dinámica endógena y
exógena. Es de trascendencia indagar cómo la globalización afecta en el siglo
XXI aspectos fundacionales del orden mundial, tales como el papel del Estado,
la soberanía, la frontera, la guerra y las migraciones. Y cómo los temas más
específicos de este fenómeno chocan, y se relacionan entre sí. El impacto de la
globalización ha sido tan grande como diverso e incluso confuso y caótico.
Requiere ser estudiado también con relación a cómo el orden mundial, la
gobernanza global, el sistema económico internacional y su arquitectura
institucional se han ido (¿mal?) reinventando accidentadamente; y sin lograr
del todo una propuesta de diseño estratégico que le haga justicia a los muchos
fenómenos que ha producido y en los que la globalización ha influido con gran
fuerza, tales como la naturaleza de las políticas exteriores, las migraciones,
la desigualdad, los conflictos locales y fronterizos, los derechos humanos, el
pluriculturalismo, el multiculturalismo o, incluso, el polémico
monoculturalismo plural (concepto desarrollado por Amartya Sen); la violencia
transnacional, las transiciones políticas, la carrera armamentista, la economía
mundial, regional y la integración comercial. Son todos temas inmersos en un
sistema internacional que vive hoy una crisis de vértebras maltrechas y que
debe articular en función de proyectos globales, pero también nacionales, las
necesidades (mal digeridas hoy por el sistema mundial) de la economía política
internacional.
La UNAM, que no está fuera sino dentro del mundo, debe
dotarse de un espacio que nos ofrezca un ángulo de lectura desde México de todo
lo que sucede en el mundo y las implicaciones para México. Se trata de definir
qué Universidad queremos tener para 2025 en función de y con miras al
diagnóstico de la problemática internacional y del papel que la UNAM y México
debieran jugar en el nuevo tiempo que está siendo marcado por el avance
galopante de la globalización. La carencia de una instancia académica de estas
características, que dé cuenta de investigaciones disciplinarias e interdisciplinarias
sobre el mundo de trascendencia para México; que estudie, investigue, valore y
diagnostique la cuestión internacional, así como el papel que México juega en
el entorno global, nos ha impedido tener una visión global y de carácter
estratégico sobre la situación, tanto de la disciplina como tal (las RI son una
disciplina científica), como del proceso político mundial. Como resultado de
esta saga, la creación de un espacios académico ad hoc, hoy inexistente,
es una exigencia a la academia de nuestro tiempo de la que la UNAM no puede
quedar exenta. El entorno mundial en el cual han quedado insertos los países de
la comunidad internacional en los últimos años hacen necesario que la UNAM
ponga la atención sistemática, desde las ciencias sociales, que el cambiante
entorno global nos exige. Es por esto que se vuelve imprescindible la creación
del Instituto de Investigaciones Internacionales de la UNAM. Con esto, nuestra
máxima casa de estudios daría un gran paso hacia su modernización y le estaría haciendo
un gran servicio a la nación a la que se debe.
Comentarios
Publicar un comentario