29 de Noviembre de 2015 Vladimir Putin creía que lo tenía todo asegurado. Ya se estaba preparando para intentar amansar a sus muy preconstruidos enemigos, con su geopolítica regional en Siria y, de paso, sacar tajada frente al boicot que Occidente le impuso a Moscú por su inolvidable intromisión en Crimea y, posteriormente, en Ucrania, todo lo cual se ha convertido en un escenario clásico de los tiempos de la Guerra Fría. Cerró filas con China y con Turquía, con quienes firmó sendos acuerdos comerciales, incluidos varios sobre gasoductos con Turquía. Se iniciaba una etapa de prosperidad en su política exterior en una área de influencia, que asumía como propia, para cerrar otra de desprestigio. Le duró poco. Su espíritu guerrerista, sovietista y provocador lo traicionó de nuevo. Turquía reportó hace pocos días la violación de su espacio aéreo por parte de Rusia en más de diez ocasiones y Ankara derribó el caza ruso responsable de esta violación de la soberanía turca y, además...

Investigador Titular en el CISAN-UNAM y profesor de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en la FCPyS. Fue Profesor-Investigador visitante en el Lateinamerika-Institut de la Frei Universität, Berlin 2013-2015. Colaborador permanente en Deutsche Welle, Berlin. Realizó su Maestría en Sociología Política y el Doctorado en Relaciones Internacionales, por la London School of Economics and Political Science (LSE).