Hace cuatro semanas, el presidente Joe Biden renunció a seguir compitiendo por la reelección. Gran decisión que reanimó a su público. Después vino Kamala Harris y el Partido Demócrata despertó y se colmó de un entusiasmo que no se había visto desde Barack Obama y que se reflejó en la Convención Demócrata que se llevó a cabo del lunes al martes pasados. Un sentimiento de unidad chovinista ha cubierto todos los acontecimientos recientes organizados alrededor de Kamala Harris y su compañero de fórmula, Tim Walz, gobernador de Minnesota. Nada es igual ya de cuando Biden aún gateaba su candidatura reeleccionista. En la narrativa de Harris ha prevalecido un tono nacionalista que sólo se diferencia del trumpista en el énfasis excluyente que el último le ha impreso a su discurso desde que se convirtió en celebridad de la farándula republicana. En todo caso, el reto para Harris es mayúsculo. Saltar desde la vicepresidencia como una desconocida para el común de los estadunidenses, requerirá...

Investigador Titular en el CISAN-UNAM y profesor de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en la FCPyS. Fue Profesor-Investigador visitante en el Lateinamerika-Institut de la Frei Universität, Berlin 2013-2015. Colaborador permanente en Deutsche Welle, Berlin. Realizó su Maestría en Sociología Política y el Doctorado en Relaciones Internacionales, por la London School of Economics and Political Science (LSE).