Uno de ellos (Trump) mucho más poderoso y tragicómico que el otro (AMLO), quien es, ciertamente, un líder subordinado al mandato del primero. Ambos con un impulso logorreico infumable y demagógico. Ambos con un grave récord destructivo de instituciones y alternativas democráticas. Ambos se caen requetebién y no se cuestionan sus excesos, que son muchos (¿qué ha dicho AMLO sobre el racismo de Trump?). Tanto en forma como en sustancia son, si no iguales, similares, casi simbióticos: aman el poder absoluto para, a partir de su detención, utilizarlo para destruir los arreglos fundamentales de la democracia que los parió, con el único fin de incrementar su eficacia autocrática. ¿Por qué AMLO va a Washington y por qué no debería ir a visitar a su amigo Trump? Pareciera que, o le tienen mucho respeto o bien, quieren que les haga un mandado, dada la incompetencia de Estado de ambos, que, sobre todo a México, llevará al barranco económico en el muy corto plazo: un favorcito, Mr. Trump, denos c...

Investigador Titular en el CISAN-UNAM y profesor de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en la FCPyS. Fue Profesor-Investigador visitante en el Lateinamerika-Institut de la Frei Universität, Berlin 2013-2015. Colaborador permanente en Deutsche Welle, Berlin. Realizó su Maestría en Sociología Política y el Doctorado en Relaciones Internacionales, por la London School of Economics and Political Science (LSE).