Y Gorbachov nunca quiso a Stalin (aunque a Lenin sí) y tampoco quiso mucho a Putin, a quien propulsó Yeltsin y con quien Gorbi nunca pudo mantener una relación estable, debido al carácter etílico impulsivo de aquel. Por lo que respecta al resentimiento de Putin, la recuperación de la memoria del estado ruso putinista a favor de Gorbachov no tiene futuro. Se pretende sepultarla. Por eso Putin no asistió a sus exequias en días pasados. Despreció su herencia. Y su legado. Y tiene razón: Gorbachov fue todo lo que él nunca podrá ser, precisamente porque ahora él es la antítesis de Gorbachov. Este último se proyectó como un demócrata, mientras Putin es un autócrata que no respeta acuerdo alguno (véase su declaración de cancelar el acuerdo sobre exportaciones del trigo ucraniano) y manda matar o desaparecer a quien se le opone. Gorbachov tuvo la osadía de dirigir la Unión Soviética (1985-1991) y, en ese lapso, terminar con la Guerra Fría, reformar y modernizar el régimen de las lib...

Investigador Titular en el CISAN-UNAM y profesor de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en la FCPyS. Fue Profesor-Investigador visitante en el Lateinamerika-Institut de la Frei Universität, Berlin 2013-2015. Colaborador permanente en Deutsche Welle, Berlin. Realizó su Maestría en Sociología Política y el Doctorado en Relaciones Internacionales, por la London School of Economics and Political Science (LSE).