Trump y su presidencia se ven tan moribundos como vigorosamente vivos. Esperemos que por breve tiempo. Después de todo, la narrativa del trumpismo es de muerte y resurrección. Así transcurrió cuando efectuó su mudanza de empresario fracasado a político actuante y mediocre, nada menos que desde la Casa Blanca. También así pasó cuando ingresó con covid-19 al hospital Naval Walter Reed por tres días y “se les apareció” resucitado a sus huestes, quienes ahora lo idolatran como renacido (con todas las implicaciones que esto tiene para el fanatismo evangélico). Cargada de ira, tal y como su jefe les ha enseñado, esta base política ha sido preparada para desplegar altos índices de paranoia, lo que le impide distinguir entre lo que pasó y lo que realmente pasó. De tal forma que el discurso del trumpismo sobre el supuesto fraude ha estado acompañado de una movilización poselectoral que amenaza con paralizar la transición de poderes en EU. El empeño de Trump es humillar y reducir a su mínimo a s...

Investigador Titular en el CISAN-UNAM y profesor de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en la FCPyS. Fue Profesor-Investigador visitante en el Lateinamerika-Institut de la Frei Universität, Berlin 2013-2015. Colaborador permanente en Deutsche Welle, Berlin. Realizó su Maestría en Sociología Política y el Doctorado en Relaciones Internacionales, por la London School of Economics and Political Science (LSE).