Para entender los retos de la política exterior de cualquier país, esto supone, en primerísimo lugar, que exista una política exterior que se precie de ser tal. Una política exterior que sea orgánica, racional y estratégica en sus planes a corto, mediano y largo plazos. Una política que desde su hechura en el presente vislumbre el futuro de mediano plazo, al menos. El problema de México es que no tenemos política exterior, en parte porque no tenemos una política interna comprensiva y sustantiva, la cual se ha enfrentado a las propias contradicciones que persigue al régimen político actual. Diría que, en caso de que se tuviera una auténtica política exterior en México, el primer riesgo es no entender a Estados Unidos, como parece ser el caso en el gobierno de AMLO. La vecindad con Washington requiere de una política interméstica que aborde los grandes temas bilaterales de forma comprensiva. El reto es hacer la diferencia con una política proactiva que dinamice los procesos instituc...

Investigador Titular en el CISAN-UNAM y profesor de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en la FCPyS. Fue Profesor-Investigador visitante en el Lateinamerika-Institut de la Frei Universität, Berlin 2013-2015. Colaborador permanente en Deutsche Welle, Berlin. Realizó su Maestría en Sociología Política y el Doctorado en Relaciones Internacionales, por la London School of Economics and Political Science (LSE).