Ante el embrollo en el que Trump metió al Estado mexicano, sólo hay de tres para dibujar escenarios de entrada, de salida y de final. Trump le aplicó a México una llave de rendición, que en la jerga de la lucha libre se denomina “candado dragón”, llave que ha obligado a más de un luchador a tirar la toalla; así ocurrió. El primero es que México no saldrá limpio, al no otorgarle Trump (premeditadamente) a AMLO, en 45 días como mínimo, el beneficio de la duda y elogiarlo por haber logrado reprimir la inmigración centroamericana, tal cual se pactó. O bien, Trump seguirá en campaña antimexicana para apuntalar su reelección (que muy bien se la podría deber a AMLO y Ebrard) y no va a dejar de mortificar intermitentemente al gobierno mexicano en los próximos 17 meses. O, por último, México se hartará ante los desprecios de Trump y ante la sarta de amenazas de imponer el 5% o más de aranceles a las exportaciones mexicanas, acude a la OMC para iniciar un litigio contra EU y se alía con la UE...

Investigador Titular en el CISAN-UNAM y profesor de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en la FCPyS. Fue Profesor-Investigador visitante en el Lateinamerika-Institut de la Frei Universität, Berlin 2013-2015. Colaborador permanente en Deutsche Welle, Berlin. Realizó su Maestría en Sociología Política y el Doctorado en Relaciones Internacionales, por la London School of Economics and Political Science (LSE).