El próximo 28 de agosto se cumplen cincuenta
años del afamado discurso de Martin Luther King, Jr., "I have a
Dream". Este discurso, dado desde el monumento a Lincoln en Washington DC,
cerró de la marcha por los derechos civiles y en demanda de derechos políticos
plenos a los ciudadanos afro estadunidenses que tendría enormes implicaciones,
catapultadas éstas por cierto, a raíz del asesinato de John F. Kennedy tres
meses después. Se trató de una pieza de oratoria de enorme calidad y que el
propio John F. Kennedy calificó como magnífico. Hay un antes y un después de
este discurso. La demanda de igualdad y el fin de la segregación racial eran
las principales consignas, que el discurso captura muy bien. La gran pregunta
es si las condiciones de vida y convivencia política, económica y social de
esta minoría han mejorado con respecto a 1963. Más aún si atendemos al hecho
histórico de que Obama, que en aquel entonces empezaba a caminar, ha sido
electo dos veces por los estadunidenses como su presidente.
La marcha, que congregó a 100 mil personas
marcó la pauta para que King, en realidad, se dirigiera a la población blanca,
principalmente aquella en la que predominaban los principios del apartheid
estadunidense. Entonces, ser segregacionista era una forma de vida, así como
ahora se concibe como una afrenta antiestadunidense el serlo. El sueño de King
planteaba la necesidad de la reconciliación con los blancos al tiempo que
exigía el reconocimiento de ciudadanía plena que se le negaba a la minoría afro
estadunidense. Decía Luther King en su discurso, "todavía tengo un sueño.
Es un sueño profundamente enraizado en el Sueño Americano. Tengo el sueño de que
algún día esta nación se levantará, vivirá el verdadero sentido de su credo:
que todos los hombres son creados como iguales". El historiador Taylor
Branch concibe a King desde este discurso, como un nuevo padre fundador
estadunidense; entonces se le presentaba como el líder moral de EU. Es decir,
con este discurso, antes con su activismo político, que le costó ir a la cárcel
y posteriormente con su asesinato, King se inmortalizó y pasó a formar parte
del grupo selecto de próceres, como Lincoln, Jefferson o Roosevelt.
La grandeza de este discurso y del propio
legado político y moral de Martin Luther King, Jr., es que despertó a los
estadunidenses de su aletargado proceso interno que los mantenía alejados (y
todavía hoy, lo están) de las grandes asignaturas de una sociedad democrática.
Puso la mesa para despertar a los que Lincoln llamaba "los mejores ángeles
de nuestra naturaleza", refiriéndose al alma estadunidense y sentó las
bases para que el debate sobre la discriminación, la segregación y la inequidad,
fuera profundizado. Fue un acontecimiento histórico de los fascinantes sesenta
que tanto han ofrecido y cambiado al mundo. Así, se sentó un precedente que
pavimentó el camino para que el representante de una minoría se convirtiera en
jefe de Estado (la primera nación de la zona Norte del mundo occidental en
lograrlo; antes, México y Bolivia lo conseguirían también) Paradójicamente e
inclusive durante el período de Obama, las estadísticas sobre desigualdad que
afectan especialmente a esta minoría sorprenden; por ejemplo los indicadores de
desigualdad de ingreso entre blancos y miembros de esta minoría no se han cerrado proporcionalmente al avance político
que han logrado tener en la escena política. De hecho el desempleo racial no ha
cambiado desde 1963. Y así también, los indicadores en educación y pobreza
afectan de manera brutal a los miembros de esta minoría. Desde King, del
Camelot de Kennedy y de la Nueva Sociedad de Johnson no mucho ha cambiado para
esta minoría en términos de igualdad económica. De aquí la gran pregunta sobre
los alcances que la presidencia de Obama ha tenido a favor de su causa; y todos
los indicadores parecen indicar que Obama tampoco ha podido desmantelar los
cimientos de una sociedad desarrollada, que en todo caso, se encuentra entre
las más retrasadas frente a sus pares, en términos de distribución del ingreso.
El sueño de King se ha cumplido parcialmente y es un aviso anticipatorio aún,
de los muchos cambios que tienen y deben de ocurrir en EU.
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